Nuevas recomendaciones para la atención tras eventos
traumáticos. Nuevo protocolo y directrices clínicas para dispensar una atención
de salud mental eficaz a adultos y niños expuestos a traumas o a la pérdida de
seres queridos. Los trastornos mentales son un problema frecuente,
discapacitante y por lo general no tratado.
La Organización
Mundial de la Salud publica hoy un nuevo protocolo y directrices clínicas
destinados a los trabajadores sanitarios para el tratamiento de las
repercusiones de los traumas y la pérdida de seres queridos en la salud mental.
Los trastornos mentales son un problema frecuente,
discapacitante y por lo general no tratado, lo que llevó en 2008 a desarrollar
el Programa de Acción Mundial en Salud Mental (mhGAP), concebido al objeto de
expandir la atención para los trastornos mentales, neurológicos y por uso de
sustancias mediante protocolos terapéuticos sencillos que pueden ser aplicados
por los médicos y enfermeras de atención primaria.
La OMS amplía ahora sus objetivos incluyendo la atención
para el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el estrés agudo y el duelo
como parte de ese programa mundial.
"Hemos recibido numerosas peticiones de orientación
para ofrecer atención de salud mental a las personas que acaban de sufrir
eventos traumáticos o la pérdida de seres queridos", ha dicho el Dr. Oleg
Chestnov, Subdirector General de la OMS para Enfermedades No Transmisibles y
Salud Mental. “Los profesionales de la atención primaria podrán ofrecer ahora
apoyo básico fundamentado en la mejor evidencia disponible. Aprenderán así
también a derivar a los pacientes que necesiten un tratamiento más
avanzado".
Los eventos traumáticos y la pérdida de seres queridos son
frecuentes en la vida. En un estudio de la OMS llevado a cabo en 21 países, más
del 10% de los encuestados declararon que habían sido testigos de actos de
violencia (21,8%) o habían sufrido violencia interpersonal (18,8%), accidentes
(17,7%), exposición a conflictos bélicos (16,2%) o eventos traumáticos
relacionados con seres queridos (12,5%). Se estima en el estudio que un 3,6% de
la población mundial ha sufrido un trastorno de estrés postraumático (TEPT) en
el último año.
Con el nuevo protocolo, publicado conjuntamente con el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el personal de
atención primaria puede ofrecer apoyo psicosocial básico a los refugiados y a
las personas expuestas a traumas o a la pérdida de seres queridos en otras
situaciones.
El tipo de apoyo ofrecido abarca los primeros auxilios
psicológicos, la gestión del estrés, y la ayuda a los afectados para enseñarles
métodos de afrontamiento positivos y posibilidades de apoyo social, o
reforzarlos en su caso.
Además, ante los afectados por el trastorno de estrés
postraumático, debe considerarse la posibilidad de derivarlos para que reciban
tratamiento avanzado, como por ejemplo terapia cognitivo-conductual o una nueva
técnica conocida como desensibilización y reprocesamiento por movimientos
oculares (EMDR). Estas técnicas ayudan a las personas a atenuar los recuerdos
vívidos, reiterados y no deseados de eventos traumáticos. Se recomienda una
mayor capacitación y supervisión para ampliar las posibilidades de acceso a
esos métodos.
Además se pone en guardia al personal de atención primaria
frente a algunos tratamientos demasiado corrientes. Por ejemplo, las
benzodiacepinas, fármacos contra la ansiedad, son una opción que debe evitarse
para aliviar los síntomas de estrés traumático agudo y los problemas de
insomnio durante el mes siguiente al evento potencialmente traumático.
"El TEPT debe tratarse paralelamente a otros posibles
trastornos mentales", señala el Dr. Mark van Ommeren, investigador del
Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS. "Este nuevo
y sencillo protocolo de tratamiento OMS/ACNUR servirá de orientación para
trabajadores sanitarios de todo el mundo que han de ayudar a adultos y niños
afectados por dolencias específicamente relacionadas con el estrés." Las
nuevas directrices y protocolo se han publicado hoy en un artículo aparecido en
The Journal of the American Medical Association.
Tanto el protocolo clínico del mhGAP sobre la evaluación y
el tratamiento de las enfermedades específicamente relacionadas con el estrés
como las directrices de la OMS en que se basa el módulo pueden consultarse en:
http://www.who.int/mental_health/resources/emergencies/en/index.html.
Información adicional:
No hay datos que demuestren que las benzodiacepinas, un
medicamento común contra la ansiedad, alivien los síntomas de estrés
postraumático tras un evento potencialmente traumático reciente; de hecho,
pueden retrasar la recuperación tras ese tipo de eventos.
Los principales motivos de preocupación en torno al uso de
las benzodiacepinas son que muchas personas desarrollan tolerancia a sus
efectos, apenas obtienen beneficio terapéutico cuando las consumen de forma
crónica, se vuelven dependientes de ellas y sufren un síndrome de abstinencia
al dejar de tomarlas.
En consecuencia, la recomendación de la OMS es que no se
ofrezcan benzodiacepinas a los adultos para mitigar los síntomas de estrés
traumático agudo asociados a un deterioro importante del funcionamiento diario
durante el mes siguiente al evento potencialmente traumático.
En la recomendación de la OMS se señala también que las
benzodiacepinas pueden ser útiles para otros trastornos mentales.
Fuente: Organización Mundial de la Salud
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