Tal y como informaba en conferencia de prensa, Socorro
Gross, representante de la OPS en Nicaragua, existe un nuevo serotipo “muy
agresivo” del virus, que se propagó muy rápidamente por América Central durante
la actual temporada de lluvias.
Según cifras oficiales, el dengue se ha cobrado al menos 48
vidas en Centroamérica: 27 en Honduras, 13 en Nicaragua, seis en Guatemala y tres
en El Salvador. Costa Rica, que no tiene en su haber ningún fallecido, informa
de un total de 42.600 personas contagiadas, la cifra más alta de ese país en
los últimos años y la más elevada en toda Centroamérica.
Por su parte, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega,
donde además de las 13 muertes se han registrado más de 4.000 afectados desde
enero, ha decretado la ‘alerta roja sanitaria’ para contener la epidemia.
A su vez, las autoridades Honduras sanitarias de San Pedro
Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, han elevado el nivel de
alarma por encima del umbral de emergencia médica, ya que se han registrado
tres veces más casos que el mismo periodo del año anterior. En total, se
contabilizan al menos 32.000 enfermos de dengue.
Se trata de la variante más peligrosa de esta enfermedad,
según ha indicado Médicos Sin Fronteras (MSF) en un comunicado, ONG que está
prestando servicios a los hondureños afectados.
“La epidemia de dengue representa una gran amenaza para la
población hondureña. Desde que empezamos a trabajar aquí, hemos visto un flujo
constante de pacientes. Tres de cada cuatro, incluyendo los casos más graves,
son niños”, ha explicado el coordinador médico de MSF, el doctor Luis Neira.
Según ha podido constatar esta ONG, durante el pasado agosto
la subida de casos sospechosos de dengue fue de un 235%, con respecto a la
misma fecha del año pasado.
Nicaragua, entre otras medidas, que quiere implantar de
manera urgente realizará jornadas de fumigación contra el mosquito Aedes
Aegyti, el vector que transmite la infección, para lo cual se movilizarán miles
de brigadistas de salud a partir de mañana en todo el país. Además, estos
brigadistas llevarán las instrucciones correspondientes para detectar los casos
sospechosos de dengue en visitas casa por casa, y de remitirlos de inmediato a
las unidades de salud para su evaluación clínica.
Los síntomas de esta enfermedad son fiebre, dolor de cabeza
y cuerpo y, en los casos más graves, deshidratación grave y hemorragias
internas que conducen a la muerte.
“Existe una situación de desastre y calamidad” en el país,
señala Rosa Murillo, primera dama y portavoz oficial, pues los centros de salud
y hospitales públicos se encuentran atestados de enfermos.
El mosquito transmisor del dengue incuba sus larvas en
depósitos de agua limpia, como cáscaras de huevo, macetas vacías o llantas de
automóvil en los patios y jardines de las viviendas, negocios u oficinas.
Fuente: El Mundo.es
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