Al igual que otros trabajadores de la salud de todo el
mundo, el personal del Hospital Rivadavia de Buenos Aires (Argentina) usaba
hasta hace poco dispositivos médicos que eran fundamentales para mejorar la
salud pero, paradójicamente, contenían material muy tóxico. El aparato empleado
tradicionalmente para medir la tensión arterial (llamado esfigmomanómetro) y
los termómetros usados para medir la fiebre contienen ambos mercurio.
Cuando estos aparatos se rompen, el mercurio que contienen
contamina el medio. "Hicimos un cálculo y descubrimos que el mercurio que
desechábamos en una sola semana equivalía a una cantidad que generaría niveles
peligrosos en el lago Nahuel Huapi, uno de los mayores lagos de la Patagonia,
durante todo un año", explica la Dra. Mercedes Zarlenga, responsable de
los servicios de neonatología del Hospital Rivadavia. El hospital empezó a
eliminar gradualmente los aparatos médicos que contenían mercurio, y todos los
centros médicos de Argentina siguieron luego sus pasos.
Los peligros del mercurio
“El mercurio que desechábamos en una sola semana equivalía a una cantidad que generaría niveles peligrosos en el lago Nahuel Huapi, uno de los mayores lagos de la Patagonia, durante todo un año”Dra. Mercedes Zarlenga, Hospital Rivadavia, Argentina
La OMS ha incluido el mercurio entre los diez productos
químicos más peligrosos para la salud. Este metal puede tener efectos
perjudiciales en los sistemas nervioso, digestivo e inmunitario, así como en
los pulmones y los riñones; una exposición excesiva puede ser mortal. Además,
el mercurio es muy dañino para el feto. "Los bebés expuestos a dosis
incluso relativamente bajas de mercurio en el útero pueden sufrir retraso
intelectual en la infancia", señala la Dra. Ana Boischio, asesora en
toxicología de la Oficina Regional para las Américas/Organización Panamericana
de la Salud.
En enero de 2013, reconociendo esos riesgos, 147 gobiernos
acordaron el proyecto de texto del Convenio de Minamata sobre el Mercurio, que
tiene por objeto proteger la salud humana y el medio de las emisiones y
liberaciones de mercurio y compuestos de mercurio. Según lo previsto el
Convenio será adoptado en una conferencia diplomática que tendrá lugar en el
Japón los días 10 y 11 de octubre.
Posición de la OMS sobre los aparatos de medición sin
mercurio
En el marco de las iniciativas mundiales sobre el mercurio,
la OMS ha trabajado activamente para alentar a todos sus Estados Miembros a
eliminar gradualmente los aparatos médicos de medición que contienen mercurio.
Desde 2008, la Argentina, Filipinas, la India, Letonia, el Líbano, el Senegal y
Viet Nam vienen participando en el Proyecto Mundial sobre Residuos Sanitarios
emprendido por la OMS, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) y la coalición “Salud sin Daño”. El proyecto aspira a mejorar la gestión
de los residuos sanitarios y reducir al mínimo la liberación medioambiental de
mercurio y otros contaminantes.
La Argentina ha adoptado medidas especialmente enérgicas, en
particular una iniciativa destinada a reducir el uso de amalgamas con mercurio
en la atención odontológica reparadora. El Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente (PNUMA) estima que, a nivel mundial, los dentistas utilizaron
entre 240 y 300 toneladas de mercurio en los empastes dentales en 2005. En el
Convenio de Minamata se pide una “reducción progresiva” de las amalgamas
dentales.
El personal del Hospital Rivadavia ha pasado a usar
termómetros digitales después de que una investigación interna determinase que
son tan precisos y fáciles de esterilizar como los termómetros de mercurio.
Para su sorpresa, descubrieron además que ello reportaría un beneficio
económico a largo plazo, dado que, si bien los termómetros digitales suelen ser
más caros, también duran más.
Fuente: Organización Mundial de la Salud
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