Tres mujeres que han interrumpido su embarazo por distintas
causas explican sus motivos para reclamar al Gobierno que no endurezca la ley. Las clínicas creen que 100.000 mujeres verían afectadas por
la nueva norma.
Alba tiene 17 años. Abortó sin informar a sus padres.
Asegura que su madre, con profundas creencias religiosas y contrarias al
aborto, se lo hubiera impedido. No tiene contacto con su padre. “Para mí, mis
padres son como extraños”, asegura. La ley actual, aprobada en 2010, permite
que las menores de 16 y 17 años interrumpan su embarazo sin comunicarlo en casa
si informar de ello les supone un “conflicto grave”. Según los datos de la
Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (Acai), el
10% de las chicas están en esa situación. Entre ellas, Alba, que cuenta su
historia en un vídeo editado por esta entidad para reclamar al Gobierno que no
endurezca la ley del aborto. El Ejecutivo de Mariano Rajoy presentará su
proyecto normativo antes de final de año, en las próximas semanas. Mientras,
las organizaciones de mujeres y que luchan por los derechos sexuales y
reproductivos contienen la respiración y alertan del retroceso de décadas que
podría suponer.
Y es que con la nueva ley, tal y como ha asegurado en varias
ocasiones el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón —y como recogía el
programa del Partido Popular—, chicas como Alba tendrán que contar con el
permiso de sus padres para interrumpir su embarazo. “Esto podría causarles un
gravísimo perjuicio a muchas jóvenes que sufren maltrato o que podrían sufrir
presiones de sus familias para influir en su decisión de interrumpir su
embarazo”, asegura Francisca García, presidenta de Acai. Situaciones como las
que describe, dice, se vivían hasta 2010 ya que la normativa anterior exigía
siempre el permiso de padres o tutores. Si tuviera que hablar de ello a su
familia, Alba reconoce que recurriría al aborto clandestino “para que nadie se
enterase”. Tiene clara su decisión. “No nos sentíamos preparados para tener ese
fuerte compromiso con algo”, asegura en el vídeo.
En 2011, el último año del que el Ministerio de Sanidad ha
publicado los datos, más de 118.000 mujeres interrumpieron su embarazo. El
89,6% de las ellas lo hizo sin alegar ninguna causa, acogiéndose al plazo de
aborto libre —sin tener que dar ninguna causa— que la ley permite hasta la
semana 14 de gestación. Un sistema, mayoritario en toda Europa, que el Gobierno
de Rajoy quiere eliminar. El titular de Justicia ha anunciado ya que la nueva
norma seguirá un modelo similar, aunque más restrictivo, al vigente desde 1985
hasta 2010, cuando el aborto era un delito salvo en tres supuestos: violación,
anomalía fetal o riesgo para la salud de la madre. Con ese modelo, las 100.000
mujeres que abortan al año por causas económicas, sociales y en definitiva,
personales no podrían hacerlo.
Virginia es una de ellas. Cuenta en el vídeo que sus razones
fueron económicas y sociales. Pero sobre todo íntimas. Explica que no tiene
trabajo ni pareja. “Madres solteras existen y seguramente saliera hacia
adelante, pero el coste emocional iba a ser mayor. Por eso lo decidí. Porque no
era el mejor momento”, cuenta. En 2011, según los datos del Ministerio de
Sanidad, el 23% de las mujeres que interrumpieron su embarazo no tenía trabajo.
Virginia afirma que su decisión fue dura. Un hijo, dice sin embargo, “más que
una bendición hubiera sido un sufrimiento”.
Acai alerta también de que un pequeño pero muy dramático
número de mujeres se vería afectado por la nueva ley del aborto si esta va en
la línea anunciada por Gallardón: aquellas que han interrumpido su embarazo por
anomalías fetales graves. Hace un año y medio el titular de Justicia apuntó que
se endurecería este supuesto. Apeló a una recomendación de un comité de la ONU
que instaba a España eliminar el aborto por “razón de discapacidad
exclusivamente”; aunque la ley actual no habla en ningún momento de
discapacidad, sino de anomalías fetales graves. El aborto por esta causa está
permitido hasta la semana 22 de gestación y si dos médicos confirman el
diagnóstico. Tras ese tiempo solo se permite, sin plazo, el aborto si un comité
médico dictamina que hay una anomalía fetal “extremadamente grave e incurable”
o “incompatible con la vida”.
Lucía es una de las 3.200 mujeres que interrumpieron su
gestación antes de la semana 22 por una malformación fetal grave y que, si
sigue la pauta anunciada por Gallardón, podrían quedar fuera de los supuestos
permitidos por la nueva ley. Al hijo que esperaba, muy deseado, explica, le
diagnosticaron síndrome de Turner. “Si llegaba a nacer podía morir en los
primeros meses. Y si no moría sería una persona con muchas dificultades y una
calidad de vida no muy buena”, cuenta Lucía en el vídeo editado por Acai y presentado
este jueves en Madrid. “Con mucho sufrimiento y dolor decidimos no tenerlo”,
dice con la voz quebrada.
Esta mujer reconoce también que “las pocas ayudas del
Estado” han influido en su decisión de interrumpir su embarazo. “Lo de la ayuda
a la dependencia yo creo que es una falacia”, apunta. “El aborto es una opción
muy personal de la mujer”, sigue. “El hecho de que un político, el legislador o
un juez influya de alguna manera en una situación tan personal no me parece
aceptable. La que voy a tener el niño soy yo y no él. Los problemas los voy a
tener yo y no él”, reclama. “No acepto que nadie influya en esa decisión”.
Acuerdo parlamentario
La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, se ha
comprometido hoy jueves a buscar un acuerdo parlamentario entre los grupos de
la oposición para derogar la nueva ley del aborto --que prepara el Ejecutivo y
que se presentará antes de fin de año—cuando los socialistas vuelvan a
gobernar.
“Cuando tengamos un texto legislativo, nos comprometemos a
trabajar por un acuerdo parlamentario amplio”, dijo. “Que todas las mujeres
sepan que cuando cambie la mayoría parlamentaria en este país volveremos a una ley
del aborto que sea digna para las mujeres”, declaró Valenciano en la
presentación de un vídeo editado por la Asociación de Clínicas Acreditadas para
la Interrupción del Embarazo (Acai).
Valenciano criticó que el Ejecutivo de Mariano Rajoy no haya
consultado a un grupo de expertos para hacer su reforma. Algo “razonable”, ha
dicho, cuando se proyecta “una ley tan importante y tan lesiva”. La número dos
del PSOE aseguró también que aunque el proyecto de ley se presente en fechas
navideñas su partido “responderá frontalmente” a ella.
Fuente: Diario El País
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