Vive en Bariloche, es insulino-dependiente, padece problemas
cardíacos y una retinopatía diabética progresiva. Interpuso una acción de
amparo por ser un paciente en situación de riesgo.
El pasado 7 de julio, la Corte Suprema de Justicia reconoció
el derecho de todo paciente a decidir su muerte digna, luego de pronunciarse en
el caso de una persona de Neuquén que tuvo un accidente y estuvo internada
desde 1995. Ahora, un nuevo caso vuelve a poner a la Justicia ante la situación
de otorgarle la posibilidad a una persona de definir si sigue viviendo o no.
Guillermo Vélez, un hombre de 64 años, pidió a la Justicia
que le otorgue el beneficio de la eutanasia ante el grave cuadro de diabetes
que padece. Es insulino-dependiente, con problemas cardíacos y una retinopatía
diabética progresiva. Además, atraviesa una pésima situación familiar y
económica y no puede hacerle frente al tratamiento.
"Sin previsión social ni pensión alguna, sin vivienda y
sin posibilidades de una vida digna es que solicito se me otorgue el beneficio
de la eutanasia, ya que tampoco puedo soportar el sufrimiento psicológico y
moral de esta vida que no es digna de un ser humano", sostuvo el hombre,
en un papel escrito a mano que adjuntó en la acción de amparo.
La acción fue interpuesta por Beatriz Oyarzún, ex pareja de
Guillermo, quien no concurrió personalmente por su condición actual de salud.
La mujer manifestó en el escrito reseñado por el diario Río Negro.com.ar que
"asiste algunas veces al hombre en razón de su estado de salud actual y lo
ayuda a trasladarse a consultas médicas y demás trámites que pudiera
necesitar". Asimismo, Oyarzún indicó que el hombre es paciente del
hospital Ramón Carrillo y que vive en una casilla prestada, que no tiene gas,
luz ni agua, en la zona de Villa Lago Gutiérrez.
"(El pedido lo hice) en razón de los horribles dolores
que sufro actualmente por mi enfermedad y por mi actual situación de exclusión
social, llevando muchos meses sin salario ni recurso alguno que me permita
mantenerme dignamente".
No es la primera vez que Vélez interpone una acción de
amparo. El primer amparo por su salud lo interpuso en 2006. El 12 de noviembre
de 2012, el expresidente de la Cámara del Trabajo local, Carlos Salaberry,
intimó al hospital a efectivizar la derivación de Guillermo para la
reflexología de retina mediante láser argón en la Clínica Santa Lucía de
Cipolletti. Y además intimó al hospital a entregar dentro de las 48 horas las
tiras de medición e insulina".
El hombre recordó asimismo que había presentado un juicio
sumarísimo ante la Cámara Primera del Trabajo de Bariloche que aún no se
resolvió porque le quitaron su empleo a finales de 2013 en el Centro
Administrativo de la provincia, donde sostiene que se desempeñó como chofer y
encargado de fauna. Esa decisión lo dejó sin obra social. Desde entonces, se
tiene que atender de su enfermedad en el hospital.
"Estoy pidiendo la eutanasia porque no quiero vivir
así, no tanto por las cosas materiales sino porque mi dignidad está
destruida", explicó. "Soy católico y no me puedo suicidar",
aclaró. "No puedo caminar, no puedo trabajar y no quiero vivir de la
caridad", resumió Guillermo. Aseguró que tiene tres hijos, pero no
mantiene una buena relación con ellos desde hace años.
Fuente: Infobae
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