Eleonora Lamm, subsecretaria de Derechos Humanos y Directora de Acceso a la Justicia de
la Suprema Corte de Mendoza analizó en “Tan Gente” el debate que ronda la
temática. Explicó que la ley penal preventiva o intimidatoria no se cumple
porque la mujer que decide no continuar un embarazo que no buscó, aborta igual.
La importancia de que se denuncie a los hospitales que no respeten el derecho
en los casos que no pena la ley vigente y la necesidad de que se ordene a los
médicos objetores de conciencia.
El tema del aborto volvió a instalarse en la agenda
mendocina luego de la presentación en la Legislatura, a cargo de la senadora
Noelia Barbeito (FIT), de un nuevo proyecto para que la provincia respete y
aplique la guía técnica para la interrupción legal del embarazo. La letra
deberá atravesar las comisiones de Legislación y Asuntos Constitucionales;
Género; y Salud. En tanto, los medios hegemónicos locales toman la iniciativa
más como una información de mercado que para referirse a los derechos humanos de las mujeres. Así lo demostró el
programa de Canal 7 donde el lunes a la noche se presentó el debate entre
políticas y activistas del derecho al aborto legal, seguro y gratuito, con
referentes de la Iglesia Católica y de la medicina, estos últimos desde una
marcada perspectiva opositora a la propuesta.
Aun así, Eleonora Lamm, que además es investigadoras del
Conicet e integró aquel debate televisado, al inicio de la entrevista con “Tan
Gente” celebró la discusión porque entiende la importancia de que se hable de
la realidad de las mujeres públicamente, ya que es una de las formas en que
también se revela la hipocresía que ronda la temática.
La funcionaria recordó que en Argentina el aborto no punible
está habilitado y legislado por el Código Penal desde 1921. Es decir, que desde hace casi un siglo en
nuestro país las mujeres y los médicos pueden interrumpir una gestación cuando
se encuentre en riesgo la salud de la paciente, y en casos de embarazo
producidos por violaciones. En 2012, el fallo (FAL) de la Corte Suprema
ratificó el último punto, al aclarar que la no punibilidad en casos de abortos
por violación rige para todas las mujeres, no solo sobre las víctimas “idiotas
o dementes” del abuso, un problema de interpretación de la letra que se
presentaba hasta ese momento.
Lamm explicó que más allá de la medida nacional que data de
2010 de protocololizar la atención sanitaria en el sistema público de salud de
los abortos en situaciones contempladas por la legislación vigente, el fallo
supremo exhortó la adhesión de todas las provincias a la guía. Algo que en gran
parte del país aún no ocurre, tal es la situación de Mendoza.
“El aborto es una realidad. Todas las mujeres que deciden no
continuar un embarazo abortan y se ven obligadas a acudir a la clandestinidad,
en condiciones de desigualdad social”, expresó. En este sentido se refirió a la
necesidad de informar a la ciudadanía “sin prejuicios y sin fundamentalismos”.
Para la subdirectora de Derechos Humanos se trata de un
planteo de salud pública “porque afecta a la vida de las mujeres”. En
comunicación con los periodistas Silvia Fernández y Sergio Imazio citó como
dato que aproximadamente el 80 por ciento de la ciudadanía está a favor de la
legalización del aborto, por lo que ciertos debates fundados en lo religioso se
tornan “estériles”.
1959388_552567841523004_482086321_n“La ley penal preventiva
o intimidatoria no se cumple porque la mujer aborta lo mismo. Es infructuoso
que se penalice. Su legalización no los va a aumentar, sino que va a disminuir
las muertes producidas por la clandestinidad de la práctica”, declaró.
Señaló que lo que realmente previene los embarazos no
deseados es la educación sexual integral
y el real acceso a los derechos reproductivos.
“El permitir o no permitir el acceso al sistema de salud,
cambia el número de abortos seguros o inseguros. Por eso no necesitamos
protocolos para aplicar la ley”, añadió. También sostuvo que las
obstaculizaciones a este derecho surgen de un grupo de poder que no es menor y
tiene posición privilegiada, como la Iglesia, ciertos medios de comunicación y
políticos que legislan para las audiencias.
“A mí me violan mi libertad de conciencia cuando me imponen
sus principios religiosos”, expresó en tanto agnóstica al momento de
fundamentar su postura.
“Con el protocolo nacional ya no necesitamos una ley.
Tenemos una guía que protocoliza la actuación de quiénes intervienen en la
interrupción de un embarazo. No necesitamos ni adherir ni crear nuevas leyes,
ya tenemos una guía que sigue parámetros de la OMS y de organismos
internacionales de derechos humanos”, expresó Lamm.
Dijo que las declaraciones juradas que las mujeres que
solicitan la practican están obligadas a acreditar para justificar que fueron
violadas, también avasalla sus derechos. Lo mismo que los médicos que objetan
conciencia. Al respecto remarcó la necesidad de que se ordene a estos
profesionales, para que el derecho se aplique. Finalmente explicó que la
negación en los hospitales públicos de salud a realizar un aborto enmarcado en
la legislación actual es un delito que debe denunciarse.
Fuente: Radio Nacional Mendoza
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