Conmoción en Francia por un accidente grave en un ensayo clínico. Una persona quedó en estado de muerte cerebral y cinco
fueron internadas en estado grave por haber ingerido un medicamento como parte
de las pruebas de un laboratorio. Al principio se dijo que el remedio había
sido elaborado con cannabis, pero el gobierno lo negó.
Francia quedó conmocionada por la noticia de un ensayo
farmacéutico que terminó en tragedia. Una persona quedó en estado de muerte
cerebral y cinco debieron ser hospitalizadas durante las pruebas con un
medicamento nuevo. El gobierno de ese país negó ayer que la molécula
administrada a los pacientes afectados hubiera sido elaborada con cannabis,
como había informado más temprano la prensa local, y aseguró que investigará lo
ocurrido. En tanto, la Justicia abrió una causa para conocer las condiciones en
que se realizó el procedimiento. Según los médicos, tres de las víctimas
podrían sufrir secuelas irreversibles.
El hecho ocurrió el jueves, durante un ensayo del
laboratorio Biotrial, luego de que los voluntarios ingirieran un medicamento
por vía oral. Se trata de una molécula analgésica que contiene cannabinoide,
una sustancia química que se encuentra de forma natural en el cannabis, aunque
también puede ser creada de forma sintética. En ese sentido, la titular de la
cartera sanitaria, Marisol Touraine, precisó que el medicamento experimental
“no contenía cannabis ni ningún derivado del cannabis”, durante una conferencia
de prensa que dio tras visitar a los afectados, y adelantó que está dispuesta a
aclarar el hecho y “establecer todas las responsabilidades en el accidente
dramático”.
Según informó el Ministerio de Salud en un comunicado, el
experimento se llevó a cabo durante un “ensayo clínico de fase 1”, es decir,
con voluntarios sanos, “para evaluar la seguridad de la utilización, la
tolerancia, los perfiles farmacológicos de esta molécula”. De los 90
voluntarios que participaron en la prueba, quienes presentaron síntomas el
pasado domingo pertenecían al mismo grupo y recibieron la misma dosis. Gilles
Dean, jefe del servicio de neurología del hospital universitario de Rennes,
informó que las víctimas tienen entre 28 y 49 años y tres de ellos presentan un
“cuadro grave”, que podría conllevar alguna discapacidad permanente.
Por lo sucedido, la Justicia abrió una investigación y la
cartera sanitaria pidió a la Inspección General de Asuntos Sociales que
estudiara “la organización, los medios y las condiciones de intervención” del
laboratorio “durante la realización del ensayo clínico”. Por otra parte, la
Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y los Productos Sanitarios
también decidió “proceder a una inspección técnica en el lugar en que se
realizaron esos ensayos clínicos”.
Los ensayos terapéuticos son obligatorios para poder
comercializar un nuevo medicamento. Según la agencia francesa del medicamento,
ANSM, el desarrollo por un laboratorio de una molécula hasta la venta del
medicamento necesita entre diez y quince años de investigación para explorar
todos los aspectos. Tras estudios experimentales en animales o células, el
laboratorio solicita la aprobación de las autoridades antes de lanzarse a un
ensayo clínico en seres humanos destinado a evaluar la eficacia y la tolerancia
de un tratamiento.
Estos procedimientos suelen desarrollarse en tres etapas. En
la fase 1, se evalúa la tolerancia y la ausencia de efectos indeseables en un
pequeño grupo de voluntarios sanos (en general menos de 100). Se suele tratar
de adultos jóvenes a los que se les realiza un examen médico previo, con el fin
de verificar que no haya contraindicaciones para participar en el ensayo.
Algunos pueden cobrar una “indemnización compensatoria”. En la fase 2 se
evalúan cientos de personas, por lo general enfermas, y se estima la eficacia
de la molécula y se determina su dosis óptima. En tanto, en la fase 3, se
compara el tratamiento con un placebo o con un tratamiento de referencia en
miles de enfermos. El objetivo es mostrar la eficacia y evaluar la relación
entre la eficacia y la tolerancia.
Cada año, miles de voluntarios –con frecuencia estudiantes
que necesitan dinero para pagar su educación– se someten a este tipo de ensayos
clínicos en los que los accidentes son poco frecuentes. Un caso similar ocurrió
en 2006, cuando seis hombres tuvieron que ser internados en terapia intensiva
en Londres, a raíz del ensayo clínico de un nuevo tratamiento contra la leucemia,
la poliartritis reumatoide y la esclerosis múltiple. Cinco años antes, una
joven de 24 años, Ellen Roche, murió en Estados Unidos mientras participaba en
el ensayo de un medicamento experimental contra el asma, el hexametonio,
realizado por la Universidad Johns Hopkins de Baltimore.
Fuente: Página 12
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