La Comisión Federal de
Comercio (FTC) ordenó que todos los envases de estos productos lleven la
leyenda “no tienen evidencia científica que avale su eficiencia”. Por ley,
ahora los laboratorios naturistas deben realizar pruebas y presentar datos para
aprobar su uso.
La Comisión Federal
de Comercio (FTC) de Estados Unidos aprobó una norma para que las obligaciones
de la industria farmacéutica sean exactamente iguales a la homeopática. Hasta
ahora, solo la primera debía demostrar que los medicamentos eran algo más que
un placebo y que tenían evidencia científica de su efectividad. Con la nueva
ley, los fabricantes de productos homeopáticos deben realizar pruebas en
laboratorio mediante doble test ciego –el mismo que pasan los farmacéuticos- y
a partir de los resultados establecer lo que se anunciará en la etiqueta,
señala el portal Business Insider. Por ejemplo, si el test científico de un
producto para el resfrío falla, en la etiqueta no podrán poner que alivia esta
enfermedad.
El texto de la FTC explica que si no hay evidencia de cura,
deberán especificarlo en el envase y reconocer que las virtudes de los
compuestos se basan en teorías del siglo XVIII que han sido rechazadas por “la
mayor parte de la comunidad científica actual”.
José Miguel Jaldín, especialista en Medicina Biológica,
asegura que la nueva disposición es producto de una “guerra de la industria
farmacéutica” contra la homeopatía. Desde su experiencia profesional, asegura
que este tipo de productos tienen estudios científicos previos y la evidencia
de su efectividad es que los síntomas de los pacientes de- saparecen cuando los
toman. “Si no fuera así, ya no existieran”, concluye.
De hecho, La Organización Mundial de la Salud (OMS)
clasificó, hace varias décadas, a la homeopatía y a otras disciplinas, entre
ellas la herbolaria y la acupuntura, como medicinas tradicionales distintas a
la convencional y “complementarias”, explica la cadena británica BBC.
La homeopatía es un método que busca curar enfermedades a
través de cantidades ínfimas de la sustancia que si se aplicara en grandes
proporciones, produciría los mismos síntomas que se quiere combatir. De esa
forma, para tratar una enfermedad, se diluye en agua la misma sustancia que
causa el mal, pero en proporciones infinitesimales. “Algunas fórmulas diluyen
una gota de un activo en el equivalente al agua de todos los océanos”, explica
el diario español El País.
Un mes antes, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria
recordó que “los principios que sustentan la homeopatía no son científicos”.
Además, en un comunicado, la organización, con 3.500 socios según sus cifras,
destacó que esta pseudomedicina “puede poner en riesgo la salud de los
pacientes si rechazan o retrasan tratamientos sobre cuya seguridad y eficacia
hay evidencias sólidas”. En la misma línea, la Sociedad Española de
Farmacéuticos de Atención Primaria, que representa a 700 profesionales,
considera que “debería retirarse la denominación medicamento de estos
productos”.
Fuente: Mirada Profesional
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