El caso del alumno de 14 años que fallecio en una clase de
gimnasia. Beltrán Bombau sufrió muerte súbita en 2014. La Cámara
revirtió un fallo de primera instancia.
Una médica fue procesada por homicidio culposo por “haber
quebrantado el deber de cuidado que le correspondía en su calidad de médica a
cargo de la guardia permanente que posee el ‘Club de Amigos’”. Así lo dispuso
la sala 5 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional en
un fallo sobre el caso de Beltrán Bombau. Se trata de un chico de 14 años que
sufrió muerte súbita el 23 de abril de 2014, tras padecer un paro
cardiorrespiratorio durante una actividad obligatoria organizada por el
departamento de Educación Física del colegio Palermo Chico, en el que cursaba
segundo año.
Según el fallo de la Cámara, al que tuvo acceso Clarín, la
profesional “omitió pedir que buscaran alguno de los dos desfibriladores que se
encontraban en la guardia médica para iniciar las maniobras adecuadas de
resucitación cardiopulmonar, extremo que podría haber evitado el desenlace
fatal”. “Es el primer caso en el que se procesa a un médico por omitir el uso
del desfibrilador”, asegura el abogado Francisco Castex, representante legal de
la familia Bombau.
Ese 23 de abril, Beltrán participaba de una carrera de
“cross-country”: son 2.400 metros con distintos desniveles –se corre sobre
pasto, sobre piedra, sobre asfalto, se sube y se baja–. “Cuando faltaban unos
doscientos metros, según testigos, Beltrán se desplomó y lo instaron a seguir.
Cruzó la valla, se sentó y minutos después cayó al piso”, reconstruye Jorge
Bombau, su papá.
El fallo judicial, dictaminado luego de que en primera
instancia se estableciera la falta de mérito de la profesional, sostiene que la
reanimación cardíaca con desfibrilador recién empezó cuando llegó una
ambulancia, ya que la médica de guardia del Club de Amigos –espacio del que el
colegio disponía para sus actividades de Educación Física– no apeló a esa
tecnología. El mismo fallo da cuenta de que la profesional argumenta que,
cuando la fueron a buscar a la guardia del club, le dijeron que Beltrán
respiraba y estaba consciente. “Cuando el paro cardiorrespiratorio se da en
chicos o adultos jóvenes, puede revertirse en el 90% de los casos si la
desfibrilación se hace a tiempo”, asegura Jorge, que es médico obstetra y que,
desde las redes sociales, impulsa la instalación y la capacitación sobre el uso
de desfibriladores automáticos externos en espacios públicos y privados.
“Después de Cromañón, todo el mundo se dio cuenta de que
había que tener habilitación, matafuegos y una salida de emergencia; esto
debería producir lo mismo respecto del uso de desfibriladores”, reflexiona
Castex, que adelanta que ahora espera que progresen las acciones penales contra
el colegio Palermo Chico y los responsables del área de Educación Física de la
institución.
“Como familia, el fallo nos da un cierto alivio: no buscamos
ninguna venganza, sino justicia, porque nos hicieron el daño más grande que nos
podrían haber hecho”, sostiene Jorge, que asegura que, tras la muerte de
Beltrán, el colegio no brindó ningún tipo de contención. Conseguir que se haga
justicia por su hijo es una de sus tres misiones: las otras dos, describe, son
reconstruir la familia –junto a su mujer y su hijo mayor–, y crear conciencia
sobre las posibilidades de evitar un caso de muerte súbita a través de la
creación de un espacio cardioprotegido. La médica, sostiene Castex, puede ser
condenada a entre uno y 5 años de prisión. Si son tres o más, de cumplimiento
efectivo. “Se está empezando a hacer Justicia por Beltrán”, se conmueve su
papá.
Fuente: Clarín
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