A partir de agosto, con la entrada en vigor del Convenio de
Minamata, la Anmat no registrará nuevos. Y en 2019 quedará prohibida su venta.
En poco más de dos semanas, el 16 de agosto, entrará en
vigor un tratado mundial para proteger la salud humana y el medio ambiente de
los efectos adversos del mercurio. Argentina es una de las 71 naciones, entre
128 firmantes, que ratificaron el Convenio de Minamata (ONU). De esta forma, el
país deberá poner fin a la fabricación y comercialización de dispositivos
médicos con mercurio, como termómetros y tensiómetros, pero también algunos
productos cosméticos y amalgamas dentales.
“Los países se comprometieron a eliminar progresivamente el
uso y las emisiones de mercurio para 2020. No sólo es un contaminante químico
peligroso y tóxico, sino que tiene la capacidad de viajar y atravesar las
fronteras políticas. Por eso la necesidad de un convenio internacional”,
explicó a PERFIL Verónica Odriozola, directora ejecutiva de Salud Sin Daño para
América Latina. La ONG viene trabajando desde hace 15 años en el reemplazo de
dispositivos médicos con mercurio en centros de salud y hospitales.
En 2010, el Ministerio de Salud de la Nación prohibió el uso
de tensiómetros que contienen mercurio en su constitución, a través de la
Resolución 274/10. Pero no pasó lo mismo con los termómetros. Ahora, tras la
entrada en vigor del convenio, desde la Anmat confirmaron a PERFIL que tomarán
medidas para retirar del mercado los productos médicos que contengan mercurio:
“La Dirección Nacional de Productos Médicos de la Anmat no registrará
termómetros y barómetros a partir del 1º de agosto del presente año, y a partir
de enero de 2019 quedarán prohibidas la importación, la fabricación y la
comercialización de dichos productos, y tampoco revalidará los registros ya
existentes”.
Respecto de las amalgamas dentales que contienen mercurio, y
que aún son ampliamente utilizadas en odontología, el convenio llama a
proseguir con su eliminación gradual, fomentando actividades de investigación y
desarrollo para obtener alternativas en prevención y en tratamientos
odontológicos. “La Dirección se encuentra realizando una evaluación exhaustiva
de la situación. Una vez obtenidos dichos resultados se propondrán las medidas
correspondientes”, aseguraron desde la Anmat. En el caso de los cosméticos (con
un contenido de mercurio superior a 1 ppm), actualmente se encuentra en la
agenda del Mercosur la actualización de las listas de conservantes, siguiendo
los lineamientos del convenio.
Tóxico
“El mercurio es un elemento que se presenta de
diversas formas y compuestos, tiene una distribución global. Muchas de las
emisiones son por vías atmosféricas. Se traslada largas distancias y puede
retornar a los ambientes acuáticos. Tras algunas transformaciones químicas,
puede acumularse en la cadena alimentaria y así llegar a las poblaciones
humanas a través del consumo de pescado”, explicó Ana Boischio, asesora
regional en Toxicología de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS).
¿Cuál es el daño que puede causar?
Para Odriozola, los
efectos para la salud van a depender del nivel de exposición: “Se trata de un
material tóxico para el sistema nervioso, además tiene la posibilidad de
afectar algunos órganos como los riñones”. “Hoy se sabe que niveles de
exposición no tan elevados pueden comprometer el desarrollo neuromotor cuando
las exposiciones ocurren en la vida prenatal”, agregó Boischio.
De hecho, se conoce como enfermedad de Minamata a un
síndrome neurológico grave causado por envenenamiento con mercurio. Se denomina
así porque a bahía de Minamata, Japón, fue epicentro de un incidente en la
década del 50 que expuso a toda su población mercurio. El tratado mundial ahora
busca proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y las
liberaciones antropógenas de mercurio y sus compuestos. Un objetivo que ya se
puso en marcha en Argentina y en el mundo.
Polémica por los digitales
El reemplazo de los termómetros
con mercurio son los digitales. Sin embargo, muchos consideran que el mercurio
es el único método exacto y sistemático para medir la temperatura. “Un
termómetro digital que cumpla con determinados parámetros de calidad es tan
preciso como el de mercurio”, aseguró Verónica Odriozola, directora ejecutiva
de Salud Sin Daño para América Latina. “Hay dos aspectos a tener en cuenta: primero,
tienen que cumplir con los parámetros de calidad, y segundo, hay que saber
usarlos”, explicó la especialista.
“Cuando se pone en la axila el termómetro con mercurio, si
la persona se mueve y la piel deja de estar en contacto con el bulbo, la
temperatura no baja, y una vez que vuelve a estar en contacto va a seguir subiendo. En cambio, con el
termómetro digital, si durante dos o tres segundos perdiste contacto con el
bulbo, el termómetro cree que ya llegó al máximo de temperatura, entonces suena
la alarma. Habitualmente, si la persona no lo puso correctamente o no se quedó
quieta el tiempo suficiente, va a dar un dato menor al real. Es una cuestión de
leer las instrucciones y de usarlo correctamente”, concluyó Odriozola.
Fuente: Perfil
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