Por primera vez, logran eliminar una mutación que causa cardiomiopatía
hipertrófica, un desorden que puede producir muerte súbita; controversia por su
aplicación práctica.
Después de algunos intentos hechos por científicos chinos,
un equipo internacional logró reemplazar genes de embriones humanos para evitar
la transmisión de una mutación hereditaria que puede provocar muerte súbita,
especialmente en atletas.
El trabajo, que realizó un equipo liderado por Shoukhrat
Mitalipov, director del Centro para Células Embrionarias y Terapia Génica de la
Universidad de Oregon, se publicó ayer en la revista científica Nature y marca
un hito en el desarrollo de la -para algunos prometedora y para otros temida-
"ingeniería genética". Emplea una técnica descubierta hace cuatro
años que permite cortar y pegar segmentos de ADN de forma más económica,
rápida, versátil y sencilla que sus predecesoras.
"Éste es un momento de esos que nos hacen pensar en «un
pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad»", dijo
Jennifer Doudna, una de las creadoras de la técnica, a The New York Times.
"Espero que estos resultados alentarán a los que usan la
edición genética ya sea para investigación o con propósitos clínicos",
agregó Doudna, que no participó de la investigación.
Aunque se la consideraba una posibilidad remota, el
experimento ofrece la esperanza de que llegue un día en el que se podrá ejercer
una suerte de "cirugía genética de precisión" que permitiría eliminar
enfermedades hereditarias al inicio mismo de la gestación.
Pero por el otro, reaviva los fantasmas de los "bebes
de diseño", a los que, a través de modificaciones del ADN en el embrión,
podría eventualmente dotarse de capacidades especiales.
La meta del ensayo fue eliminar una mutación del gen MYBPC3,
que produce cardiomiopatía hipertrófica, un engrosamiento del tabique
ventricular que puede pasar inadvertido y llevar a la muerte súbita.
En embriones creados a partir de espermatozoides con la
mutación y óvulos de 12 mujeres sanas, los científicos inyectaron la enzima
Cas9 (una suerte de tijera genética) y extrajeron la secuencia de ADN mutado.
Luego inyectaron el ADN sano en el embrión para que el genoma lo insertara en
el lugar del que se había extraído el dañado. Sin embargo, los investigadores
se sorprendieron al ver que el gen masculino copiaba la secuencia sana del gen
femenino, un mecanismo inesperado. Lo cierto es que de los 54 embriones
analizados, 36 permanecieron libres de la mutación.
En un segundo intento, introdujeron la enzima Cas9 al mismo
tiempo que inyectaban los espermatozoides. Esta vez, 42 de 58 embriones
resultaron sanos, el 72%. Todos fueron destruidos a los tres días de
desarrollo.
Aunque reconocen que el método no es perfecto, los
investigadores (de la Universidad de Oregon y el Instituto Salk, de los Estados
Unidos, el Instituto Coreano de Ciencia Básica, la Universidad de Seúl y el
Instituto de Genómica de Pekín, China) esperan que con sucesivos ajustes se
podría alcanzar un 90% de efectividad.
Hasta ahora, los intentos de aplicar esta técnica en humanos
se habían realizado principalmente en China. En 2015, científicos de ese país
la habían ensayado en embriones, pero con resultados poco satisfactorios,
porque los embriones resultantes presentaban el fenómeno conocido como
"mosaicismo" que menciona Dopazo. Los científicos, de la Universidad
de Sichuan luego la usaron en células adultas, en un intento de curar una forma
virulenta de cáncer de pulmón.
El inicio de un largo camino
"Nuestros resultados muestran el gran potencial de la
edición genética embrionaria, pero tenemos que evaluar en forma realista los
riesgos tanto como los beneficios", dijo Juan Carlos Izpisua Belmonte, uno
de los autores en un comunicado del Instituto Salk.
"Desde el punto de vista biotecnológico, el experimento
logró dos avances importantes -explica Hernán Dopazo, investigador del Conicet
y director científico de Biocódices.Genómica Médica Personalizada-. En primer
lugar, la tecnologia que usaron fue optimizada de tal forma que el corte del
ADN fuera solo en la región del gen MYBPC3, minimizando efectos colaterales de
cortes en otras regiones del genoma humano que puedan dañar el ADN del embrión.
Otro dato importante es que la inclusión del sistema de reparación Crispr-Cas9
en los óvulos donantes se realizó de forma sincronizada con la inyección del
esperma en el óvulo. De este modo, la mutación que porta el padre puede ser
reparada con la información sana de la madre en la totalidad del proceso de
desarrollo embrionario, minimizando la producción de mosaicos; es decir de
tejidos derivados de células con información genética diferente; en este caso,
corregidas y no corregidas."
A pesar de las perspectivas que se abren de aquí en más,
muchos investigadores arquean las cejas. La Autoridad de Fertilización Humana y
Embriología de Gran Bretaña emitió una declaración en la que consigna que
"los científicos británicos pueden solicitar permiso para «editar»
embriones humanos para investigación, pero ofrecer [esta técnica] como un
tratamiento es actualmente ilegal. (...) La edición genética debería ofrecer
nuevas opciones a parejas en riesgo de tener un chico con una enfermedad
genética que fueran más allá de los actuales tratamientos, como el diagnóstico
genético preimplantatorio". Este estudio permite identificar los embriones
portadores de mutaciones y elegir los que están libres de ellas para su
implantación en el útero materno, sin necesidad de edición genética.
"Pareciera que con este desarrollo, nos encontramos más
cerca de la visión futurista de seleccionar la información genética de nuestros
descendientes a gusto -dice Dopazo-. Sin embargo, hay que ser cautelosos.
Hablando exclusivamente de enfermedades, estos sistemas de corrección no
funcionan aún tan bien en todos los genes y hay muchas enfermedades que no
involucran un único gen, sino cientos e incluso miles."
Para el doctor Alberto Kornblihtt, director del Instituto de
Fisio-logía, Biología Molecular y Neurociencias del Conicet y la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (Ifibyne). "Claramente el hecho de
que la corrección de la mutación no ocurriera por el método diseñado, sino por
un mecanismo de reparación del ADN endógeno, gatillado no se sabe cómo por el
procedimiento utilizado (Crispr-Cas9) indica que esta metodología puede generar
todavía efectos no controlados que alejen por el momento el uso clínico, tal
cual dicen los autores. Una cosa es corregir defectos en células somáticas (del
cuerpo) de un bebe, niño o adulto, lo cual logrará, con mayor o mejor éxito,
curar o mejorar la calidad de vida de alguien ya enfermo. Pero insistir en
hacerlo en un embrión temprano tiene más imponderables que certezas cuando se
piensa en usarlo como práctica alternativa del simple diagnóstico
preimplantatorio de los embriones de una pareja. O del diagnóstico prenatal
para proseguir o no con el embarazo. Por último, se puede recurrir a la
adopción, que valora el papel cultural y afectivo de ser padres por sobre el
deseo desmedido de ser padres biológicos".
Fuente: La Nación
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