La Casa Rosada intenta reducir 30% y congelar durante un año
el precio de los remedios que compra el Pami. Los protagonistas de la pulseada.
El Gobierno avanza con una dura negociación con las cámaras
empresarias que agrupan a los laboratorios. La negociación del PAMI para
rubricar un nuevo convenio para la compra de medicamentos tiene en pie de
guerra a la industria y a la administración de Mauricio Macri, que empuja la
discusión y está pendiente del resultado. La Obra Social de los jubilados, el
principal comprador del mercado nacional, pretende reducir un 30% el precio de
los medicamentos y congelarlo durante un año. Los laboratorios ya advirtieron
que es inviable. Desde las dos partes, aseguran que la sangre no llegará al
río. El resultado de la negociación tendrá impacto en todo el mercado de
remedios.
Las conversaciones para plasmar un nuevo convenio comenzaron
en enero. Se repitieron todas las semanas, hasta 4 veces. Por un lado el
titular del PAMI Sergio Casssinotti y los delegados de jefatura de Gabinete,
que este año se puso al frente de la negociación. Por el otro, los
representantes de las 3 cámaras, las nacionales CILFA y Cooperala, y la de las
multinacionales, CAEME.
En el Gobierno aseguran que los precios de los medicamentos
argentinos están entre los más caros del mundo y que en Europa los precios son
muchos más accesibles. En la industria replican que eso ocurre con casi
cualquier producto, desde la leche a los jeans, y señalan la carga impositiva.
"Con los descuentos que la Industria farmacéutica hace a Pami, los
jubilados compran los medicamentos más baratos de lo que lo pagan los jubilados
en Europa", argumentan los laboratorios argentinos. En el Ejecutivo hablan
de una industria cartelizada. El sector rechaza el concepto y señala que el
mercado es competitivo, que exportan y que no tiene comparación en la región.
La contrapropuesta de las cámaras, que tienen una posición
común, es que el PAMI -que hoy destina el 28% de su presupuesto a la compra de
medicamentos- pueda bajar 2 puntos porcentuales de esa ecuación. En cualquier
caso, un abismo separa a la inciativa oficial de la empresarial.
En su afán para que bajen los precios, Cassinotti está
decidido a permitir licitaciones para la compra de remedios oncológicos. Los
laboratorios resisten, porque varios jugadores quedarían afuera de la compulsa
y del negocio. En el caso de los remedios para hemofilia el PAMI se sumó al
IOMA y a la Superintendencia de Salud para comprar en conjunto.
“Ellos cederían parte de su rentabilidad actual para seguir
participando todos y nosotros quisiéramos limitar los remedios de copias de
marca que muchas veces son más caras que los de los dueños de las patentes”,
afirman en la obra social con 5 millones de afiliados sobre la negociación del
nuevo convenio.
La desconfianza es mutua y alta. Los laboratorios ven la
mano de Mario Quintana, quien conoce el paño por su pasado en Farmacity. El
vicejefe de Gabinete se mantiene ajeno a la negociación. Gustavo Lopetegui es
quien supervisa a Cassinotti, pero algunos de los asistentes a las reuniones
identificaron en los comentarios del enviado de Jefatura Nicolás Pavlovksy
expresiones y el pensamiento calcado de Quintana. Algunas representantes de la
industria afirman que al Gobierno le gustaría abrir la importación de
medicamentos terminados de China e India, cuyos costos son muchos más bajos,
aunque la regulación no lo permite.
“No es un tema de importación, la inmensa mayoría de las
drogas base son importadas. Es un tema de regulación en general y de cuáles son
las condiciones que pone el PAMI para aceptar que un medicamento integre su
vademecum. El PAMI, a lo largo de las décadas, ha renunciado a sus potestades
como cliente. Los precios de los medicamentos en Argentina son muy altos,
tenemos que empezar un sendero gradual hacia la convergencia con los precios
internacionales. Los precios que paga el PAMI deben empezar a bajar”, afirman
cerca de Lopetegui.
Los laboratorios preparan un informe para contrarrestarlo al
que realizó Jefatura de Gabinete y que resultó fundamental para convencer a
Macri de la necesidad de abrir un frente con un jugador con poder de lobby y
daño. También recuerdan que el PAMI no devolvió aún más 700 millones de pesos
del puente financiero de mil millones que le brindaron a la institución.
En la obra social de los jubilados hay optimismo para
encauzar la negociación y llegar a un acuerdo. “Va a haber heridos. Tienen que
replantear su estructura comercial, los gastos de marketing y ser más
transparentes”, afirman.
Fuente: Clarín
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