Hace más de tres décadas, confirmar un diagnóstico de VIH
(Virus de Inmunodeficiencia Humana o HIV, por sus siglas en inglés) era casi
una sentencia a muerte. Desde que se reportaron los primeros casos en 1981
hasta hoy, muchísimos fueron los avances médicos para llegar antes al
diagnóstico y mejorar notablemente la calidad de vida de las personas que lo
tienen.
El test rápido que en pocos minutos detecta la presencia del
virus en la sangre, los tratamientos que vuelven la carga viral indetectable,
el manejo de la enfermedad que pasó de ser mortal a crónica, la posibilidad de
que una mujer portadora dé a luz por parto natural a un bebé sano y la
esperanza de vida idéntica a la de una persona que vive sin el virus, son hitos
importantísimos que marcan un progreso en los últimos años.
A pesar de esto, al momento de recibir el diagnóstico, lo
que sienten las personas sigue siendo similar a lo que experimentaban a fines
de la década de 1980. Como es una enfermedad asociada a temas tabú como son el
sexo y las drogas, la ignorancia, el prejuicio y el miedo están aún muy
presentes en la sociedad, como lo reflejan las historias de Claudia Moya, que
es VIH positiva hace más de dos décadas y la de Daniel Gauna, que lo sabe hace
cinco años.
Todavía quedan temas pendientes que son clave, como
disminuir los nuevos diagnósticos, que en la Argentina son aproximadamente 5000
al año, 95% por transmisión sexual; y combatir la discriminación, una constante
a la que aún se deben enfrentar las personas que viven con el virus.
"En estos 35 años, la ciencia avanzó mucho más que la
respuesta social. El estigma sigue generando el miedo a hacerse el test y por
ende la detección tardía, provocando que continúen muriendo personas que no
deberían morir", señala Leandro Cahn, director ejecutivo de Fundación
Huésped.
Los especialistas coinciden en que estamos en un momento en
que las medidas de prevención se relajaron. "La realidad es que hay una
generación que no vivió los inicios de la epidemia, que es la de los
adolescentes", señala Isabel Cassetti, infectóloga y directora médica de
Helios Salud. De hecho, en la Argentina, las cifras más altas de transmisión se
dan en hombres de entre 15 y 24 años que tienen sexo con hombres.
Otra de las poblaciones donde los casos aumentaron son los
mayores de 50 y 60 años, que tienen relaciones sin cuidarse. Cahn señala que se
debe a que el hombre pertenece a una generación reticente a usar preservativo y
la mujer ya no se expone al embarazo.
Un largo camino
Desde la publicación el 20 de mayo de 1983 del primer
artículo sobre el VIH escrito por el equipo del Instituto Pasteur de París en
la revista Science hasta la actualidad, hay mucha más información. Hoy nadie
debería morir por VIH, aunque ocurre; los tratamientos se pueden adecuar a cada
persona y son efectivos, y los investigadores creen en que a futuro es posible
la cura.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el
VIH se cobró desde los años 1980, 35.000.000 de vidas en todo el mundo. Desde
2016, un millón de personas fallecieron por causas relacionadas con el virus y
hubo en ese año 1,8 millones de nuevos casos.
En la Argentina, de acuerdo al Boletín de Sida y ETS del
Ministerio de Salud de La Nación (datos de diciembre de 2016), hay 120.000
personas que viven con VIH y el 30% desconoce su diagnóstico. A pesar de estas
cifras alarmantes, y de que Onusida releva que aún no se pudieron bajar los
nuevos casos, los avances a lo largo de más de tres décadas fueron muy
importantes.
En cuanto al diagnóstico, desde hace más o menos cinco años
el test rápido está disponible para una mayor población, es gratuito, se puede
realizar sin receta en diferentes centros por distintos profesionales de la
salud y en horarios amplios. Solamente en Helios, se llevan a cabo 1770 testeos
mensuales, y el promedio de casos positivos es aproximadamente del 5%; es
decir, que cada mes hay más personas que conocen su diagnóstico.
Respecto de los tratamientos, el foco está puesto en la
adherencia (que los pacientes tomen la medicación todos los días de por vida
para lograr que la carga viral se vuelva indetectable) y en tratar a la
enfermedad, como se viene haciendo hace una década, como crónica y ya no como
mortal. También se están evaluando las drogas intramusculares, pastillas más
tolerables y menos tóxicas, y drogas implantables (como los anticonceptivos)
que funcionan por liberación lenta.
La prevención es un punto clave. Si bien las campañas de
utilización de preservativo siguen siendo fundamentales, desde 2011 se demostró
que el tratamiento es parte de la prevención. Es decir que si una persona con
VIH recibe tratamiento y su carga viral es no detectable, menor o nula es la
probabilidad de transmisión.
Según Cassetti, el concepto "no detectable es igual a
no transmisible", que se puso en evidencia con el estudio Partner (ver
línea de tiempo) en 2014, y según el cual muchas parejas serodiscordantes
(donde solo uno de los integrantes tiene VIH) tienen relaciones sexuales sin
protección, es aplicable si se dan varias cuestiones: que la persona con el virus
tome la medicación todos los días, que tenga la carga indetectable por más de
seis meses, que se haga al menos dos controles de carga viral al año y que la
pareja sea monogámica. Sin estos puntos, no se aconseja evitar la restricción
del preservativo.
Por último, el manejo integral del paciente con un equipo
interdisciplinario que incluya psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales,
entre otros, que conozcan su entorno, su familia, su pareja, su trabajo, se
vuelve fundamental para mejorar la calidad de vida y también para enfrentar el
componente social, con el que aún se está luchando desde que apareció la
epidemia.
Entre tantos avances, la esperanza de muchos es que se logre
encontrar una cura (ver aparte). "Cuando empecé a trabajar en el tema, a principios
de los 90, la palabra cura no existía. Hoy hay pacientes que conservan las
defensas altas por años y el virus indetectable sin tomar ningún tipo de
medicamento. Representan menos del 2% de la población con VIH en el mundo, son
muy pocos pero están; este es un dato esperanzador", concluye Cassetti.
Para saber más
Fundación Huésped: trabaja desde 1989 con perspectiva de derechos humanos
centrada en VIH/sida.
www.huesped.org.ar; 0800-222-4837
Helios Salud: centro infectológico especializado en VIH y hepatitis.
www.heliossalud.com.ar; 0810-999- 8660
Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos: organizan reuniones en más de 16 provincias y tienen una
plataforma confidencial las 24 horas
Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con VIH/sida: red dirigida e integrada por mujeres, niñas, adolescentes y
jóvenes VIH+
Fuente: La Nación
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios con contenido inapropiado no serán publicados. Si lo que Usted quiere es realizar una consulta, le pedimos por favor lo haga a través del link de Contacto que aparece en este blog. Muchas gracias