La Secretaría de Gobierno de Salud avanza en la
implementación de la Ley Nacional de Reducción del Consumo de Sodio y aprobó
una nueva modificación al Código Alimentario Argentino para seguir disminuyendo
el consumo de sal de la población. Las empresas tendrán un plazo de 18 meses
para la adecuación de los productos.
Argentina avanza en la reducción de sodio de los alimentos
procesados. Desde el 25 de septiembre de este año entró en vigencia la
Resolución Conjunta 1/2018, que establece la reducción de sodio de 26 artículos
del Código Alimentario Argentino (CAA) en productos tales como galletitas,
bizcochos y similares, fiambres, embutidos, sopas y caldos.
El elevado consumo de sodio es el principal factor de riesgo
para la hipertensión arterial, que se relaciona directamente con el desarrollo
de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, responsables del 40 por
ciento de las muertes en la Argentina. La medida, que fue impulsada por la
Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación, dispone en rigor una segunda
disminución del contenido de sodio de éstos alimentos, que se da en el marco de
un plan de descenso escalonado.
La iniciativa forma parte de la estrategia nacional para la
reducción del consumo de sodio que lleva adelante la Dirección Nacional de
Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas no Transmisibles para
dar cumplimiento a la Ley 26.905 de Reducción del Consumo de Sodio.
“La hipertensión arterial es el factor de riesgo más
importante en la mortalidad cardiovascular en la Argentina, siendo el consumo
de sal el principal determinante de la hipertensión arterial”, contextualizó la
directora nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas
No Transmisibles de la Secretaría de Gobierno de Salud, Verónica Schoj, y
agregó que: “Las políticas de disminución de sodio son altamente
costo-efectivas para reducir la carga de enfermedad cardiovascular y disminuir
los costos sanitarios”.
La funcionaria consideró que «esta nueva reducción de sodio
es un gran paso”, aunque advirtió que “no debemos perder de vista que los
argentinos consumimos el doble de la sal recomendada, por lo que es fundamental
para avanzar en esta meta que la población cocine con menos sal, no agregue sal
a la comida y consuma cada vez menos alimentos procesados y más frutas,
verduras y otros alimentos frescos”.
La medida fue presentada por las autoridades de la
Secretaría en la IV Reunión de la Comisión Nacional Asesora para la Reducción
del Consumo de Sodio de la que forman parte distintos sectores gubernamentales,
organizaciones de la sociedad civil, entidades científicas y académicas,
organizaciones de consumidores y la industria de alimentos.
La Comisión Nacional de Alimentos (CONAL) avaló la propuesta
que surgió del trabajo de las mesas de reformulación de alimentos integradas
por el Instituto Nacional de Alimentos (INAL), la Dirección Nacional de Bebidas
y Alimentos de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria, el Servicio Nacional
de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), las cámaras y empresas
productoras de alimentos.
La norma fue avalada también por la Comisión Nacional
Asesora para la Reducción del Consumo de Sodio. Las empresas tendrán un plazo
de 18 meses para la adecuación a este nuevo cambio.
Esta modificación del Código Alimentario se realiza en el
marco de la Ley 26.905, –sancionada en 2013– que entre otras estrategias,
establece la limitación del contenido de sodio en alimentos industrializados,
la presencia de menús alternativos de comidas sin sal agregada, las
limitaciones a la oferta espontánea de saleros y la disponibilidad de sal en
sobres y de sal con bajo contenido de sodio en establecimientos gastronómicos.
Durante el encuentro, se presentó también una nueva
propuesta que será elevada a la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL) para
limitar el contenido de sodio en otros grupos de alimentos como salsas a base
de tomate y algunos tipos de aderezos como la salsa golf.
Por otro lado, se trabajó sobre el diseño de mensajes
sanitarios a colocar en los envases de sal de mesa que adviertan sobre el
riesgo del consumo excesivo de sal, tal como está establecido en la ley.
Por último, se compartió un modelo de protocolo metodológico
para la apertura de nuevas mesas de reformulación de alimentos que se llevan a
cabo con la industria, y que será utilizado no sólo para la disminución del
contenido de sodio en alimentos industrializados, sino también para la
reducción de cualquier otro nutriente crítico como por ejemplo, el azúcar.
Fuente: Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación
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