Ahora un grupo de investigadores en Estados Unidos y China
ha probado un remedio potencial para todas esas fragilidades humanas: la
inteligencia artificial.
En un artículo publicado el 11 de febrero en Nature
Medicine, los científicos informaron que construyeron un sistema que
diagnostica de forma automática padecimientos infantiles comunes, desde
influenza hasta meningitis, mediante el análisis de los síntomas del paciente,
su historial médico, resultados de laboratorio y otros datos clínicos.
Los investigadores aseguraron que el sistema demostró una
gran precisión, por lo que en el futuro podría ayudar a los doctores a
diagnosticar a pacientes que sufran enfermedades complejas o raras.
La base del sistema es una red neuronal, un tipo de
inteligencia artificial que puede aprender tareas gracias al análisis de una
inmensa cantidad de datos.
Con el uso de la tecnología, Kang Zhang, jefe de Genética
Oftálmica en la Universidad de California, campus San Diego, ha construido
sistemas que analizan escaneos oculares en busca de hemorragias, lesiones y
otras señales de ceguera diabética. Idealmente, tales sistemas servirían como
una primera línea de defensa, al revisar a los pacientes e identificar a
aquellos que necesiten más atención.
Ahora, Zhang y sus colegas han creado un sistema capaz de
diagnosticar una serie todavía más amplia de padecimientos mediante el
reconocimiento de patrones en el texto, no solo en las imágenes médicas. Esto
podría aumentar lo que los médicos pueden hacer por su cuenta, mencionó.
“En algunas situaciones, los médicos no pueden considerar
todas las posibilidades”, explicó Zhang. “Este sistema puede ejecutar una
revisión rápida y verificar que el médico no haya pasadonada por alto”.
El sistema experimental analizó los registros electrónicos
de salud de casi seiscientos mil pacientes del hospital Women and Children’s
Medical Center de Guangzhou, en el sur de China, con lo que aprendió a asociar
enfermedades médicas comunes con información específica de pacientes recopilada
por los médicos, las enfermeras y otros técnicos.
Para empezar, varios médicos hicieron anotaciones en los
registros de Guangzhou y añadieron etiquetas para identificar información
relacionada con enfermedades específicas. El sistema entonces analizó los datos
etiquetados.
Posteriormente, el sistema neuronal recibió nueva
información, incluidos los síntomas de un paciente conforme fueron evaluados
durante un examen físico. Pronto fue capaz de establecer conexiones por su
cuenta entre registros escritos y síntomas observados.
Cuando se hicieron pruebas con datos no etiquetados, el
sistema mostró un desempeño similar al de los médicos experimentados.
Diagnosticó asma con un 90 por ciento de exactitud, mientras que los médicos
que participaron en el estudio registraron porcentajes de entre un 80 y un 94
por ciento.
En cuanto al diagnóstico de enfermedades gastrointestinales,
el sistema fue preciso en 87 por ciento de las veces, en comparación con un
rango de 82 a 90 por ciento de los doctores.
Las redes neuronales pueden reconocer patrones en los datos
que los seres humanos jamás podrían identificar solos, por lo que pueden ser de
gran ayuda en la situación correcta. Sin embargo, ni siquiera los expertos
pueden comprender con facilidad los motivos por los que esas redes toman ciertas
decisiones y cómo aprenden.
Como resultado, se necesitan evaluaciones extensas para
asegurar tanto a los médicos como a los pacientes que estos sistemas son
confiables.
Los expertos señalaron que ahora se requieren amplias
pruebas clínicas, en particular dada la dificultad de interpretar las
decisiones que toma una red neuronal.
“La medicina es un campo que avanza lentamente”, indicó Ben
Shickel, investigador de la Universidad de Florida especializado en el uso del
aprendizaje profundo para el cuidado de la salud. “Nadie va a arriesgarse a
emplear una de estas técnicas sin realizar pruebas estrictas que muestren con
exactitud qué sucede”.
Quizá pasen varios años antes de que los sistemas de
aprendizaje profundo comiencen a utilizarse en salas de emergencias y clínicas.
No obstante, algunos se utilizarán más pronto en el mundo real. Google ya está
realizando pruebas clínicas de su sistema de escaneo ocular en dos hospitales
del sur de India.
Es más probable que las herramientas de diagnóstico basadas
en aprendizaje profundo florezcan fuera de Estados Unidos, opinó Zhang. Los
sistemas de revisión automatizada podrían ser útiles en especial en lugares en
los que hay muy pocos médicos, como India y China.
El sistema que Zhang armó con sus colegas aprovechó el
extraordinario conjunto de datos recopilados en el hospital de Guangzhou. En
general, los conjuntos similares de datos obtenidos en hospitales
estadounidenses son más pequeños, tanto debido a que en promedio los hospitales
estadounidenses son más chicos, como porque las normas dificultan reunir en un
solo grupo datos de distintas instalaciones.
Zhang dijo que tanto él como sus colegas pusieron especial
atención en proteger la privacidad de los pacientes en el nuevo estudio. Sin
embargo, reconoció que los investigadores de China quizá tengan una ventaja en
la recopilación y el análisis de este tipo de datos.
“El enorme tamaño de la población y las impresionantes
dimensiones de los datos marcan una gran diferencia”, aseveró.
Fuente: Clarín / The New York Times
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