Investigadores de distintas nacionalidades realizaron
avances en el entendimiento de la maquinaria de organización genómica de las
células, un avance clave para tratar algunos tipos de cáncer.
Entender el funcionamiento de nuestros genes es una tarea
cada vez más útil y acertada para combatir enfermedades que pocos años atrás
parecían imposibles de derrotar.
Y en medio de la revolución tecnológica-médica que vivimos,
el avance en los estudios genéticos resulta clave para dar más esperanzas de
vida. Así, un equipo internacional de científicos con participación de
investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de
España logró avanzar en la comprensión del funcionamiento de la maquinaria de
organización genómica de las células.
Los estudios realizados, cuyos resultados se publicaron en
la revista 'Nature', profundizan en la compleja interacción entre la cromatina
(estructura que representa la base de los cromosomas eucarióticos) y una serie
de proteínas reguladoras, que actúan como interruptores que activan o silencian
el genoma.
Con vastos ejemplos, los investigadores explican que el cuerpo
humano contiene una "gran variedad" de tipos celulares. "Cada
tipo está caracterizado por la expresión de un conjunto específico de genes. En
animales, plantas y hongos, el ADN, que es la estructura básica de los genes,
está empaquetado con proteínas para formar la cromatina", detallan en el
estudio.
Así, exponen que el control de la expresión génica requiere
de una "compleja interacción" entre la cromatina, que contiene el
mensaje hereditario, y las proteínas reguladoras.
"Esta interacción se puede traducir en que distintas
regiones del genoma se encuentren activas (eucromatina) o silenciadas
(heterocromatina). En general, la heterocromatina se acumula en la periferia de
los núcleos, mientras que la eucromatina se encuentra en el interior de
estos", añaden.
Para identificar las proteínas implicadas en la separación
entre eucromatina y heterocromatina y su posicionamiento dentro de los núcleos,
los investigadores diseñaron una serie de experimentos empleando como organismo
modelo un 'Caenorhabditis elegans', ununa especie de nematodo de la familia
Rhabditidae que mide aproximadamente 1 mm de longitud y vive en ambientes templados.
"Aunque se trata de un animal pequeño y con una
morfología simple, comparte muchos genes con otros organismos y con los
humanos. Además, es transparente, lo que permite estudiar sus tejidos 'en vivo'
durante el desarrollo embrionario", argumentan.
"La regulación de la cromatina es importante para
mantener la identidad de las células y para evitar su proliferación excesiva.
Cada vez existe más evidencia de que las modificaciones epigenéticas, que son
las alteraciones en las proteínas asociadas al ADN, son importantes en muchos
tipos de enfermedades, incluido el cáncer", señala uno de los responsables
del trabajo, el investigador del CSIC Peter Askjaer, que trabaja en el Centro
Andaluz de Biología del Desarrollo (CSIC-Universidad Pablo de Olavide-Junta de
Andalucía).
En este trabajo, los científicos han identificado una
proteína denominada MRG-1 (conocida como MRG14 o MORF4L1 en humanos) como
responsable de la acumulación de heterocromatina en la periferia nuclear
durante el desarrollo temprano.
"Hemos descubierto que, en ausencia de MRG-1, otras
proteínas de la eucromatina invaden las regiones de heterocromatina y cambian
su actividad y posición. En otras palabras: MRG-1 es necesaria para restringir
el acceso de los factores de expresión genética de la eucromatina a la
heterocromatina", asegura Askjaer.
Fuente: Infobae
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