Aclararon que no se dedicarán al cultivo, sino a “avanzar
primero en la parte clínica” para reducir el estigma que todavía existe sobre
este tipo de terapias.
"No estamos por ahora hablando ni de cultivo, ni de
otras etapas que son posteriores. Nos parece más importante avanzar primero en
la parte clínica". En esos términos, una empresa canadiense firmó su
acuerdo con la UBA para tratar de reducir el estigma sobre el uso de cannabis
medicinal.
Canopy Growth es una compañía fundada en 2013 y la primera
productora de cannabis en América del Norte en cotizar en Bolsa. Este martes
anunció la llegada a la Argentina de su división médica, Spectrum Therapeutics,
que opera en 15 países y atiende a más de 100 mil pacientes en el mundo.
La presentación se hizo en el Rectorado de la Universidad de
Buenos Aires (UBA). El lugar elegido se debe a que la compañía firmó un
convenio con UBATEC, que es una organización integrada por la UBA, el Gobierno
de la Ciudad, la Unión Industrial Argentina y la Confederación General de la
Industria.
Argentina es el quinto país de la región donde esta compañía
fomentará sus actividades educativas: ya lo hizo en Colombia, Chile, Perú y
Brasil. "Este convenio nos va a permitir avanzar en mirar el cannabis
desde el punto de vista de la educación en la parte médica. Es decir, cómo
instruir a los médicos en el uso del cannabis medicinal. En eso va a estar
enfocado este convenio", dijo Lorenzo Basso, presidente de UBATEC.
Los cursos empiezan el 22 de agosto, a las 14 horas, con un
lanzamiento en el Salón del Consejo de la Facultad de Medicina de la UBA. Los
contenidos se van a difundir en forma online, abierta y gratuita, a través de
la plataforma de la Facultad. También van a dejar disponibles los cursos de los
otros países.
Además de la capacitación, el otro pilar de este convenio
son los ensayos clínicos, para aumentar la evidencia científica de los
supuestos beneficios de estos medicamentos. En ese sentido, habrá dos
programas.
Uno es de desarrollo interno, donde la empresa propone a los
investigadores trabajar en un tema específico. Son estudios direccionados a la
aprobación regulatoria. Por ejemplo, en Chile están haciendo un estudio sobre
el dolor crónico, en fase dos, que en pocas semanas empezará a incluir
pacientes. "Va a servir de base para la aprobación regulatoria en
cualquier país", sostienen.
El segundo programa es de investigación. La empresa recibe
las propuestas de los investigadores, lo discuten, y si está bien estructurada
la apoyan con recursos financieros y con productos, incluyendo el placebo. En
Argentina ya están trabajando en un estudio en pacientes diabéticos para
disminución del dolor de la neuropatía periférica. La propuesta fue aprobada y
están avanzando en el desarrollo del protocolo.
"En dos años deberíamos tener las evidencias clínicas
listas", dice a Clarín Wellington Briques, director de I&D y asuntos
médicos de LATAM y Caribe. "Los estudios clínicos llevan mucho tiempo y
recursos, pero son necesarios para realizar un dossier regulatorio que esté
bien hecho y pueda ser aprobado por la ANMAT. Tenemos que disminuir el aspecto
burocrático", continúa.
Para la empresa, este es un primer paso para instalarse en
nuestro país. Definen a la Argentina como un "mercado potencial" y
señalan que esta es una "fase inicial de desarrollo del mercado",
indica un comunicado. "A esto le sigue un proceso de expansión estratégica
alineado con el avance de las regulaciones en la región", continúa el
informe.
Según Marcelo Duerto, director de la empresa en Argentina,
Uruguay, Paraguay y Bolivia, "este acuerdo va a aportar muchísimo en la
evolución de la legislación local". Considera que hay una gran cantidad de
pacientes que pueden ser beneficiados por esta evolución. Calcula que unos 400
mil argentinos, con distintas patologías, podrían tener acceso al cannabis
medicinal.
Qué hace la empresa en Canadá
En Canadá, Canopy Growth Corporation está presente en todo
el proceso. Cultiva, extrae, produce, comercializa y exporta. Produce mucho más
para el comercio interno que externo.
Fabrica cannabis, cáñamo y dispositivos de cannabis, que
ofrece distintas marcas y variedades en forma de cápsulas secas, oleosas y de
softgel, así como dispositivos médicos.
El paciente pasa por el médico, quien lo evalúa y lo
prescribe. El paciente se registra en un sistema nacional o directamente ante
el productor del medicamento. Y compra el producto online. No se ofrece en
droguerías ni en farmacias.
Estos medicamentos se usan para combatir el dolor crónico
(incluida la neuropatía periférica, artritis, hernias de disco, fibromialgia,
entre otros), contra la depresión y la ansiedad, y también para casos de
insomnio, migraña, autismo, Parkinson y espasticidad muscular.
La situación actual en Argentina
La ley 27.350 de "Uso Medicinal de la Planta de
Cannabis y sus derivados" fue promulgada en marzo de 2017. El artículo 6
autorizó el cultivo de cannabis con fines médicos, científicos y de la
investigación. Pero la ley dejó afuera el autocultivo.
El uso del cannabis medicinal quedó restringido a casos de
epilepsia refractaria. Y sólo el Estado puede administrarlo. De hecho, existe
el Registro Voluntario de la Ley 27.350, el cual permite que las familias
reciban el producto dentro del marco legal.
En mayo de 2018, ante la consulta de Clarín, desde la ONG
especializada Mamá Cultiva confirmaron que sólo el 2% de quienes se acercaban a
la institución lo hacían por epilepsia refractaria. La mayoría de los usuarios
dependían -y aún dependen- del autocultivo o el cultivo solidario, que
permanecen en la ilegalidad.
Quienes autocultivan lo usan para tratar cáncer, dolor
crónico, fibromialgia, Alzheimer, Parkinson y trastorno del espectro autista,
entre otras patologías.
En marzo de este año, el Gobierno nacional reglamentó las
condiciones para la producción. Incluyen la solicitud de autorización al
Instituto Nacional de Semillas (Inase), controles de ese organismo en todos los
ciclos del cultivo y la asignación de un técnico responsable.
Mientras tanto, profesionales de la salud aseguran que el
interés de la gente crece de forma exponencial. Y lo piden para muchos tipos de
dolencias.
Fuente: Clarín
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