En el marco de la Primera Jornada de Telemedicina realizada
en Argentina, especialistas compartieron sus experiencias y realizaron aportes
para el avance y la consolidación de esta práctica.En el marco de la Primera
Jornada de Telemedicina realizada en Argentina, especialistas compartieron sus
experiencias y realizaron aportes para el avance y la consolidación de esta
práctica.
Nuestro país tiene una extensión de más de 2,5 millones de
kilómetros cuadrados y cuenta con alrededor de 44 millones de habitantes,
concentrados en unas pocas ciudades. Desde La Quiaca hasta Ushuaia, el servicio
de medicina digital tiene como misión ser parte de una estrategia para ayudar a
cubrir las distintas necesidades sanitarias y llegar a los rincones más
inhóspitos de todo el territorio.
¿En qué consiste la telemedicina? Es una herramienta de
amplia difusión en todo el mundo que, mediante prácticas de diagnóstico,
tratamiento, prevención, educación y monitoreo de poblaciones vulnerables,
busca brindar soluciones a los problemas de inequidad social y a la falta de
acceso a los servicios de salud de calidad que las ciencias médicas del siglo
XXI imponen.
Frente a esta transformación, en 2017 se creó la Asociación
Civil de Telemedicina de la República Argentina (ACTRA), que agrupa entidades
de salud con el objetivo de difundir y consolidar esta práctica. Este año, se
llevó a cabo la Primera Jornada de Telemedicina para poner sobre la mesa sus
principales desafíos, casos y experiencias.
"Si consideramos el grave impacto de enfermedades no
transmisibles como cardíacas, diabetes o EPOC, la telemedicina puede ayudar a
crear y a fortalecer patrones de conducta más saludables. Este es apenas uno de
muchos usos posibles. Esto va a extenderse en el futuro, pero ya ocurre. Es
tanto presente como futuro", señala el doctor Gabriel Barbagallo,
presidente de ACTRA.
Los desafíos
Los mayores desafíos que enfrenta la telemedicina en
Argentina en la actualidad no difieren de lo que ocurre en el resto de los
países que alcanzaron un nivel de desarrollo medio -como el nuestro- o alto.
En naciones como estas, la telemedicina tiene distintas
aplicaciones y puede marcar un punto de inflexión en el alcance y la eficacia
de los sistemas sanitarios. Lo mismo que en otros de gran extensión e irregular
densidad poblacional, como Australia o Canadá.
Ética y regulación
El médico legista de la UBA, Julio Ravioli, manifestó su
crítica a la telemedicina y la denominó como el riesgo de uberización de la
salud. Y agregó, "Los principios de la atención son siempre tres:
veracidad, confidencialidad y consentimiento informado. ¿Cómo me aseguro de que
no haya hackeos o interferencias?"
A modo de respuesta, el Dr. Gabriel Barbagallo, presidente
de ACTRA, señaló: "Ninguna entidad miembro de ACTRA desarrolló una
aplicación o una tecnología que remplace al médico o lo deje sin trabajo".
Asimismo, Barbagallo sostiene que "necesitamos crear
una actividad que brinde seguridad médica y seguridad jurídica a pacientes y
profesionales respectivamente. La telemedicina no reemplaza el contacto personal
del médico sino que lo extiende hasta donde antes no era posible, pero esto no
exime de responsabilidades a nadie: ni a los profesionales, que deben respetar
la confidencialidad de los pacientes, ni a las instituciones que los cobijan,
que deben respetar los derechos de los profesionales".
En tanto, el Dr. Luis Giménez, titular de la Secretaría de
Coberturas y Recursos de Salud de la Nación, declaró que: "la red pública
de telemedicina es un desarrollo reciente, que pasó en pocos meses de
doscientos mil beneficiarios a un millón y medio". A su vez, el Dr.
Alejandro López Osornio, Director Nacional de Sistemas de Información en Salud,
sostuvo: "La red pública de telemedicina no es un fin en sí misma, sino
parte de una estrategia: la cobertura universal de salud (CUS).
Lamentablemente, hoy no es lo mismo enfermarse en uno u otro distrito".
"La salud digital implica nuevos derechos y deberes digitales. Por eso, existe una imperiosa necesidad de regular ciertos vacíos".
Dra. Marisa Aizenberg, Directora Académica del Observatorio de la Salud de la Facultad de Derecho, UBA.
En tanto, la Dra. Patricia Musolino del Massachusetts
General Hospital comparó: "A nivel de regulaciones, la situación en EE.UU.
no es muy distinta a la de Argentina. Para hacer telemedicina, cada hospital y
cada estado requieren licencias y credenciales". De alguna manera, confirmaba
uno de los puntos de Ravioli: "Yo tengo matrícula en esta ciudad y atiendo
un paciente residente en San Juan, pero no tengo matrícula para ejercer en San
Juan, ¿no podría sufrir una sanción legal?"
Según especialidades
En la mesa titulada Telemedicina de especialidades, la
Psiquiatra infanto-juvenil experta en autismo y Directora de Fundación
Panaacea, Alexia Rattazzi, afirmó: "La tecnología derriba barreras
geográficas. Hay familias que viven en localidades sin especialistas en autismo
y sin posibilidades de viajar. Antes de la teleconsulta, esos niños no tenían
diagnóstico de autismo y, en consecuencia, no tenían tratamiento y su
posibilidad de mejora era mínima".
También participó del panel la Dra. Viviana Parra, quien
desarrolló la red de teledermatología de los hospitales públicos de Mendoza,
que hoy también incluye al servicio penitenciario provincial. "La
dermatología es tal vez la especialidad que más puede beneficiarse de la
práctica de la telemedicina. Es muy simple: en nuestro caso, todo se ve. La
tecnología que usamos es bastante básica y accesible. Lo esencial era la
voluntad", declaró.
Fuente: La Nación
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