A días del traspaso de mando, la Secretaría de Salud
incluyó en el PMO el tratamiento de diversas patologías. Sin embargo, las
entidades médicas dicen que no pueden financiarlo.
Además de la actualización del protocolo de interrupción legal del embarazo
(ILE) –que el Ejecutivo derogó el viernes–, la Secretaría de Gobierno de Salud
publicó en estos últimos 15 días en el Boletín Oficial otras resoluciones que
están causando polémica. Se trata de la inclusión en el Programa Médico
Obligatorio (PMO) de varias prestaciones médicas a tan solo días de dejar el
Gobierno.
Entre ellas: la cobertura al 100% de los tratamientos hormonales para
quienes necesiten “adecuar la imagen al género autopercibido”, de métodos
anticonceptivos de larga duración (como el sistema intrauterino de liberación
de levonorgestrel y el implante subdérmico) y medicamentos relacionados con el
tratamiento de la fibrosis quística, entre otros. La medida causó críticas
tanto desde la oposición como por parte de las obras sociales y las entidades
de medicina privada. “Es muy loable, pero no hay cómo pagar. El sistema de
salud está al borde de un colapso”, dicen los protagonistas del sector.
“Nadie
puede estar en desacuerdo con la incorporación de nuevas prestaciones. El
problema de este gobierno es que hizo un desastre de la economía argentina, por
lo cual el sistema de obras sociales y el PAMI están desfinanciados. No pueden
pagar hoy lo que deben pagar y están acumulando deudas graves. Después de no
haber hecho nada y no haber cumplido con cosas tan esenciales como las vacunas,
se les ocurre dinamitar el PMO agregando en los últimos 15 días una cantidad de
prestaciones que no tienen asegurado el financiamiento. Porque ya lo que tiene
que dar el sistema no tiene cómo pagarlo. Con lo cual, si no es mala intención
o no es entorpecer el futuro, es irresponsabilidad absoluta de los
gobernantes”, dijo a PERFIL Ginés González García, referente de los equipos
técnicos de salud del Frente de Todos y uno de los candidatos a ocupar el
Ministerio de Salud.
Por su parte, Hugo Magonza, presidente de la Asociación
Civil de Actividades Médicas Integradas (Acami), consideró que,
independientemente de qué tratamiento se incorpore y sus beneficios, se siguen
sumando nuevas prestaciones a la cobertura que no tienen una correlación con la
financiación.
“Nosotros, tomando el año 2012 –que es el primero con regulación
de precios en la medicina privada–, hasta ahora (2019), hemos tenido un
crecimiento del costo de salud del 1.350%. Y la cuota subió un 950% en ese
mismo período. Aparte de otras situaciones que hacen crecer los costos, como el
envejecimiento poblacional y pacientes con tratamientos mejores pero que son
más largos, también se han ido sumando nuevos tratamientos a las coberturas reguladas
que no estaban en el momento en que empezó el control de precios en el sector.
Y estos no tienen un financiamiento genuino”.
“Yo no discuto la calidad de la
decisión de las autoridades de salud, pero desde el año 2012 hasta ahora hubo
treinta leyes nuevas que sumaron prestaciones a la cobertura médica, por
enfermedad, patología o tratamiento, como la cirugía bariátrica. Pero nunca se
habló de cómo financiar esas nuevas prestaciones. Todo lo que está pasando
lamentablemente está llevando al sector a un desfinanciamiento severo, como
nunca se vio”, sostuvo.
Para Magonza, la solución pasa por generar una
prestación básica universal taxativa, que aclare qué se debe cubrir para toda
la población. Y lo que no está, debe ser evaluado por una agencia especializada:
“No se puede seguir con un PMO sin límites de ‘techo’”.
Fuente: Perfil
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