Los usuarios del sistema de salud tenemos exigencias
múltiples y a veces difíciles de conciliar con respecto al uso de nuestros
datos personales de salud. Todos quisiéramos tener un acceso fácil y rápido a
nuestra información de salud, que esta información sea de calidad y que sirva
para mejorar los diagnósticos de nuestros médicos, los tratamientos que
recibimos y la calidad general de los servicios de salud. Sin embargo, nadie
quisiera que esta información termine en manos equivocadas y sea utilizada para
fines que no aprobamos.
El rol del marco legal es mantener este difícil equilibrio
entre circulación de los datos y protección de las personas. Es una tarea ardua
a la que se enfrentan los países de la región, en particular en el marco de la
implementación de los sistemas de Historia Clínica Electrónica (HCE). Es
difícil de lograr porque estas dos exigencias pueden parecer contradictorias
entre sí: si los datos circulan, nos arriesgamos a que las personas erróneas
los usen para fines no deseados; pero si los datos no circulan, renunciaríamos
a los beneficios que traen las soluciones tecnológicas para mejorar nuestros
servicios de salud. Difícil dilema…
Un mapeo de la reglamentación: ¿Qué está haciendo la región?
Muchos países de la región están avanzando en estas arduas
tareas a través de la aprobación de estrategias, leyes, decretos, y reglamentos
para regular el uso de los datos de salud y la instalación de HCE a nivel
nacional. El esfuerzo más reciente de este esfuerzo regional es la aprobación
este pasado viernes 31 de enero de la Ley sobre Historias Clínicas Electrónicas
en Colombia. Para visibilizar los avances realizados y las áreas pendientes,
hemos creado un mapa de la reglamentación en América Latina y el Caribe.
A la luz de estudios recientes de la Red Americana de
Cooperación sobre Salud Electrónica (RACSEL),de la Organización Panamericana de
Salud y de la Organización Mundial de la Salud que destacan dimensiones claves
que deben incluir los marcos legales sobre intercambio de datos de salud y HCE,
hemos mapeado los avances realizados por la región en ámbitos fundamentales
como: reglamentación de las HCE, protección de datos de salud, derechos y
obligaciones de los pacientes y profesionales de la salud, normas sobre
gestión, uso e intercambio de datos de salud, interoperabilidad y uso
estándares, entre otros.
Este mapa es parte de los materiales disponibles en nuestra
página +Digital, una iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo que
propone compartir recursos y soluciones digitales que mejoren los servicios de
salud y protección social y la experiencia de los ciudadanos. Puedes acceder al
mapa dando clic a la siguiente imagen:
Una mirada rápida a este mapa muestra que la región está
avanzando a ritmos diferentes. Países como Uruguay o Costa Rica destacan por
haber desarrollado marcos legales comprensivos que incluyen la mayoría de los
elementos que la literatura identificó como claves, mientras que otros países
solo cuentan con reglamentación incipiente. Existen en la región distintas
fórmulas de regulación: ciertos países como Perú o México aprobaron leyes
especialmente dedicadas a las HCE que condensan las disposiciones legales
relevantes para su implementación, mientras que otros países cuentan con
múltiples regulaciones que abordan los distintos aspectos por separado.
Algunos temas salen con fuerza en la reglamentación. Por
ejemplo, se observa una atención creciente de los países hacia los temas de
protección de datos. 18 países cuentan con normativa en este ámbito, 13 con
leyes específicas de tipo habeas data que norman los temas de seguridad,
propiedad, privacidad y confidencialidad de los datos de salud.
Por otro lado, se observa una cierta falta de claridad y de
precisión en varios ámbitos claves de la reglamentación. Por ejemplo, si bien
la normativa de algunos países menciona los temas de interoperabilidad e
intercambio de datos, pocos son los que cuentan con reglas precisas con
respecto a los estándares y terminología a utilizar o a la arquitectura y a la
gobernanza de los datos. Esta falta de claridad en la reglamentación constituye
sin duda un obstáculo importante a la implementación de las HCE y al
intercambio de datos de salud. Finalmente, ciertos aspectos están aún muy poco
cubiertos en la reglamentación. Por ejemplo, la definición de conjuntos mínimos
de datos a incluir e intercambiar en las HCE solo está presente en el marco
legal de unos cuantos países, entre los cuales Uruguay y México destacan por el
nivel de detalle incluido en su normativa.
Hacia un aprendizaje continuo y colectivo
Construir un marco legal que permita a la vez el intercambio
de información y la protección de las personas es una tarea difícil, y en esto
no existen recetas mágicas. Las regulaciones no solo deben mantener equilibrios
complejos, sino que, además, lo deben hacer en un ambiente de cambios continuos
e innovación constante. En este contexto, es de primera importancia aprender de
los logros y también (sobre todo) de los errores de sus pares. Ojalá esta
herramienta se convierta en una base para este diálogo y aprendizaje colectivo.
Esto para que todas y todos sepamos que se puede y que no se puede hacer con
nuestros datos de salud.
Fuente: Blog Gente Saludable BID (por Alexandre Bagolle)
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