La posibilidad del autocultivo y la producción pública, con
controles de calidad, y la investigación para el uso en otras patologías son
los puntos centrales.
La nueva reglamentación de la ley que permite el uso de
cannabis medicinal, presentada este miércoles por el Ministerio de Salud en el
Consejo Consultivo creado para avanzar sobre esta norma, fue celebrada por
referentes del mundo de la ciencia y la medicina y ONGs que vienen trabajando
en el tema. Entre los puntos centrales, destacan como ventaja que se sume la
posibilidad del autocultivo y la producción pública, con controles de calidad.
También, que se hayan ampliado las especialidades médicas para su prescripción
y que se promueva la investigación en materia terapéutica para otras
patologías.
“Desde la Red Argentina Cannabis Medicinal Conicet, que
coordino y de la que forman parte no sólo investigadores sino también ONGs,
veníamos trabajando desde enero en una reglamentación superadora a la de
septiembre de 2017. Todo lo que pensamos se lo fuimos acercando al Ministerio
de Salud y este miércoles nos encontramos con que tomaron nuestras observaciones”,
le cuenta a Clarín la neuróloga infantil e investigadora Silvia Kochen, que es
delegada del Conicet en el Consejo Consultivo Honorario y participó del
encuentro virtual.
Dice que, con la nueva forma de aplicación, “el mercado
ilegal al que los pacientes fueron empujados va a desaparecer”. Y que van a
contar con un “producto seguro, con control de calidad”.
La posibilidad de investigar sobre el tema es otro avance,
según Kochen. “Uno de los argumentos de los que se manifiestan en contra del
cannabis medicinal es que faltan evidencia científicas. En el mundo ya se están
haciendo muchos ensayos clínicos. Ahora, con la nueva reglamentación, vamos a
poder realizar estudios locales”, agrega la referente del Conicet.
Como otro cambio relevante señala que su uso ya no estará
limitado a las personas con epilepsia refractaria. “No había fundamento para
habilitarlo solo en una patología. La realidad es que no hay techo para los
tratamientos, ya se sabía y ahora se va a utilizar en el marco de la
legalidad”, detalla.
Según Kochen, en muchos casos, la marihuana terapéutica
ayuda a tratar el dolor. “El cannabis nos obliga a incorporar una dimensión que
no siempre tenemos tan presente y tiene que ver con la calidad de vida",
advierte.
"Lo veo con la epilepsia: su uso terapéutico puede
servir para bajar la frecuencia de las crisis, eso pasa en el 40% o 50% de los
casos. Tengo pacientes sobre los que no se consigue este efecto pero que, sin
embargo, vienen sus familiares a decirme que con el aceite duermen mejor, se
alimentan mejor o están más conectados”, comparte.
Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva Argentina,
coincide con Kochen. “Esta es la reglamentación que esperábamos en 2017 y no
tuvimos. Nos parece que respeta el espíritu de la ley y le da mucha entidad a
las organizaciones sociales”, asegura.
El aporte fundamental, para Salech, tiene que ver con
"la creación de un registro de autorizados para cultivar", que
contempla el cultivo personal (hogareño), colectivo en red (de las ONGs) y la
producción pública (de laboratorios, por ejemplo).
Dice que lo que se está haciendo es “blanquear una situación
que ya existe”. “Hasta lo del control de calidad se hacía, porque yo le
acercaba el cannabis medicinal que usaba a investigadores para que lo
analizaran. El tema es que ahora va a ser legal y va a estar avalado por el
Estado”, explica.
También celebra la posibilidad de investigar. “Hace mucho
que sabemos que los aceites caseros tienen mayor efectividad que los
importados, ahora lo vamos a poder demostrar con los ensayos”, agrega.
Para los que necesiten adquirir directamente el cannabis
terapéutico, la idea es que algunas farmacias del país puedan incluirlo como
especialidad medicinal y dispensarlo. En estos casos, deberá prescribirlo un
médico.
La norma que insta al Estado a investigar el uso medicinal
del cannabis se sancionó en 2017. En ese momento, quedó restringida a una sola
afección: la epilepsia refractaria. Sin embargo, en la práctica los derivados
de la planta, ya sea aceites o cremas, se vienen utilizando en pacientes con
otras patologías como cáncer, reuma, fibromialgia y dolores crónicos.
Hasta el momento, solo se permitía la importación, que es
costosa y no siempre de fácil acceso.
A principios de marzo, en una entrevista con Clarín, el
ministro Ginés González García se había mostrado reacio a la legalización de la
marihuana para uso recreativo. Sin embargo, se había pronunciado a favor de
avanzar en materia medicinal. "Hay que ampliar su cuestión terapéutica
reformando la ley. Se tiene que poder acceder fácilmente y no con un mercado
ilegal como el que hay ahora", sostuvo en aquel momento.
Fuente: Clarín
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