El 28 de septiembre, en el marco del Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito presentamos desde el Observatorio Nacional de Acceso al Misoprostol (MISObservatorio) un proyecto de ley de producción pública de misoprostol y mifepristona, los medicamentos que garantizan abortos seguros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el acceso equitativo a medicamentos seguros y asequibles es de importancia vital para que todo el mundo goce del grado máximo de salud alcanzable. Los medicamentos son cada vez más importantes dentro del ejercicio de este derecho. El misoprostol y la mifepristona son considerados medicamentos esenciales por la OMS. La lista de medicamentos esenciales de la OMS es un inventario de "medicamentos que cubren las necesidades de atención de salud prioritarias de la población. (…) Se pretende que, en el contexto de los sistemas de salud existentes, los medicamentos esenciales estén disponibles en todo momento, en cantidades suficientes, en las formas farmacéuticas apropiadas, con una calidad garantizada, y a un precio asequible para las personas y para la comunidad". Estos requisitos son fundamentales para garantizar la accesibilidad a los medicamentos esenciales.
En Argentina, el misoprostol se produce actualmente por Laboratorios BETA (que comercializa Oxaprost a precios inaccesibles), por Laboratorio Domínguez (que comercializa MISOP200 también a precios inaccesibles) y por dos laboratorios públicos: Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado de Santa Fe (que vende misoprostol al sistema público de salud) y por la Productora Farmacéutica Rionegrina S.E (que también provee al sistema público en la provincia de Río Negro). En agosto de 2021 se dio a conocer la noticia de que Laboratorios Puntanos (San Luis) comenzó a probar el uso clínico de misoprostol. Estas pastillas que se están probando tienen sabor a menta: facilita el acceso de quienes quieren abortar al no tener que usar unas pastillas amargas o que provocan náuseas, a desarmar una forma de disciplina en el uso de unas pastillas que siguen teniendo un mensaje moral y normativo. Además, al tratarse de comprimidos que se disuelven sobre la lengua, la directora técnica compara el desarrollo de este misoprostol con las populares aspirinetas pediátricas. Los medicamentos no se definen únicamente por sus propiedades bioquímicas sino por el impacto que tienen en una sociedad, que los usa y les da un significado.
El acceso al misoprostol en farmacias no puede ser un privilegio y asegurar su provisión no puede depende de laboratorios que entienden a los medicamentos como mercancías y su objetivo es la ganancia.
Es necesario considerar que el problema del acceso a medicamentos en Argentina genera un déficit de legitimidad en el sistema de salud pública y pone de manifiesto la necesidad de construir prácticas que rompan con su inequidad.
Este proyecto de ley es necesario para garantizar el acceso a misoprostol y mifepristona en todo el territorio nacional y desarrollar políticas para generar un marco que permita fortalecer el ejercicio de derechos. Si las políticas de salud no incluyen políticas en torno a la producción y el acceso a medicamentos, difícilmente afecten la dimensión de la salud pública que más se valora. Diseñar políticas sanitarias sin políticas de medicamentos conduce a gestiones inconclusas o fragmentadas.
Fuente: Télam
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