La emergencia global aceleró la incorporación de herramientas digitales en los centros de atención, por lo que la falta de profesionales y técnicos especializados en el país se profundizó, lo que complicaría el manejo futuro de enfermedades crónicas y otros desafíos del sector. Chile requiere hasta 15 mil trabajadores entrenados para gestionar estas plataformas en distintos niveles del sistema, de acuerdo a una estimación pre pandemia realizada por Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud.
De acuerdo al Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS), el país tiene un significativo déficit de profesionales y técnicos en el sistema sanitario para impulsar la adopción de tecnologías de comunicación e información en salud.
Entidades de alcance global, como la Organización Mundial de la Salud, buscan promover la incorporación de estas herramientas con la meta de mejorar el acceso y calidad de las atenciones.
El centro advirtió durante el primer año de la pandemia un explosivo aumento en el uso de nuevas tecnologías de información y comunicación en los sistemas sanitarios, a todo nivel, lo cual aceleró el proceso de adopción de herramientas digitales.
En un escenario pre pandemia, el CENS estimó que el déficit de capital humano avanzado para impulsar y gestionar proyectos de nuevas tecnologías en los sistemas sanitarios chilenos ya era de entre 3 mil 500 (en una fase inicial) y 15 mil (en el momento más álgido de implementación) personas.
El repentino avance de la adopción de herramientas de salud digital, entre ellas la telemedicina o los sistemas para la gestión de datos, como consecuencia de la pandemia, hacen que la brecha inicialmente vinculada a una “fase inicial” del proceso se vea profundizada, según enfatizó Sandra Gutiérrez, líder del área de capital humano de CENS.
“Estamos en un déficit dramático para dar el salto de la digitalización de la salud, una evolución completa del sistema, si no contamos con equipos profesionales y técnicos con las competencias de hacerse cargo de esta transformación con sentido, ésta no será sostenible. Se trata de una transformación que modificará todo el proceso de atención, el viaje del paciente. Además, en Chile contamos con mínimas opciones de formación de educación continua, con un magíster y unos pocos diplomados. Avanzamos con una lentitud extrema”, dijo Gutiérrez.
Acuerdos
En los últimos meses, el centro tecnológico integrado por cinco casas de estudio locales (Católica, de Chile, de Valparaíso, de Talca y de Concepción) selló alianzas académicas con entidades de alcance nacional y regional, con la meta de incluir en las mallas curriculares contenido especializado en nuevas tecnologías de información para carreras del ámbito de la salud, ingeniería e informática.
El CENS materializó nuevos acuerdos con tres instituciones de educación superior (Inacap, Santo Tomás y la Universidad de Magallanes) ante el déficit de profesionales y técnicos de distintas áreas encargados de impulsar la transformación digital del sector, según advirtieron especialistas de este organismo apoyado por la Agencia Nacional de Investigación (ANID).
Estos acuerdos son el puntapié inicial para comenzar a capacitar cuerpos docentes y redefinir sus programas formativos. También preparan nuevas alianzas con otras entidades.
“Sin dudas que este veloz e inesperado incremento en la necesidad de nuevas tecnologías es, por un lado, una cuestión positiva. Pero, por otro, hace aún más urgente reducir la brecha de especialistas responsables de implementar, usar y gestionar estas nuevas tecnologías”, advirtió Gutiérrez.
Se espera que este tipo de plataformas sean fundamentales para la prevención, tratamiento, y seguimiento de enfermedades en los próximos años, principalmente aquellas derivadas del envejecimiento de la población, y que podrían, en el modelo actual, saturar el sistema.
Retraso en condiciones estructurales
La OMS proyectó que en la próxima década la adopción de herramientas digitales beneficiará el acceso y la calidad de las atenciones para mil millones de personas. Para ello, incentivó a los estados a agilizar la formulación de estrategias nacionales que permitan apurar dicha transición.
Recientemente, en ese marco, el Ministerio de Salud presentó los avances de la Estrategia Nacional de Salud para la próxima década. Uno de sus ejes, relacionado con la gestión de calidad e innovación, aborda los desafíos de la incorporación de tecnologías en los sistemas de salud.
Al respecto, May Chomali, directora ejecutiva de CENS, dijo que la evolución dependerá de establecer condiciones estructurales, actualmente no existentes o en vías de estarlo. “Desde nuestra perspectiva, creemos que resolver el déficit de capital humano avanzado debe ser una prioridad para el país”, enfatizó.
El capital humano avanzado es, en este contexto, una prioridad, en línea con consensos en materia de regulación, seguridad y privacidad de datos, e interoperabilidad para el intercambio de información entre diferentes plataformas. Todo esto, agregó, cambiará el rol que tienen los pacientes y los empoderará en el cuidado de su salud, cuestión fundamental
“Y no solo en el ámbito de la salud, sino en una serie de otros sectores clave. No es posible pensar en un Chile en desarrollo, sin evoluciones fundamentales en múltiples ámbitos, como tampoco es posible proyectar ese escenario sin las personas encargadas de planificar, liderar e implementar esas transformaciones”, sostuvo la Dra. Chomali.
Avances
Para contribuir a que el ecosistema completo avance en esta dirección, el Centro Nacional ha impulsado diversos proyectos con el apoyo de sus equipos técnicos y académicos provenientes de sus cinco universidades fundadoras. Uno de los primeros hitos fue la formulación de un marco referencial para la formación de competencias, el primero de su tipo en América Latina, que establece la descripción de capacidades
Tras este primer avance, el centro apoyado por la Agencia Nacional de Investigación –en coordinación con actores públicos y privados del sector– generó ocho perfiles laborales, con el propósito de trasladar sus competencias a la formación de pregrado y postgrado en el país, como parte de un proyecto apoyado por ChileValora, la Comisión del Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales.
Actualmente, la ausencia de programas de formación, en educación continua o superior, es dramática, afirmó Sandra Gutiérrez. “Creemos que las instituciones debieran avanzar con más rapidez en los próximos cinco años, pero eso también dependerá de los incentivos puestos desde el Estado y las instituciones de salud. Esto sin duda será relevante para las carreras del ámbito de la salud técnico profesional, ingenierías e informática, pero también en algunas especialidades de las ciencias sociales por la gestión del cambio que esto demandará”, complementó la líder de Capital Humano de CENS.
“El mandato que recibimos como CENS es trabajar con el propósito de ir paulatinamente revirtiendo esa brecha, mientras en el mediano y largo plazo las instituciones dedicadas a la formación de pregrado y postgrado avanzan en la incorporación de estas nuevas capacidades en sus currículums. Por eso, el acercamiento con las universidades, institutos y centros de formación técnica es clave”, añadió la Dra. Chomali
En materia de otras brechas estructurales, se ha impulsado mejorar para la adopción y promoción de estándares para el intercambio de datos (una cuestión fundamental para la propiedad de la información por parte de los pacientes) y el diseño de aspectos regulatorios y normativos en el uso de nuevas tecnologías, como el primer sello de calidad en telemedicina, que será exigible por Fonasa para el financiamiento de prestaciones a través del seguro público.
“Sin estos elementos estructurales o habilitantes técnicos, es imposible que podamos hacer una implementación consistente y extraer todo el valor de las nuevas tecnologías, de manera segura, confiable y con los máximos beneficios para los usuarios. El capital humano avanzado es, en esta línea, quizás el más urgente y en el que necesitamos mayor energía para agilizar los cambios con el apoyo y el involucramiento de todo el ecosistema. Sin dudas que la pandemia nos ha llevado a un punto de inflexión para la transformación digital”, remarcó la directora ejecutiva de CENS.
Impacto educacional
Las alianzas selladas con entidades de educación superior en los últimos meses buscan energizar el proceso. En la Universidad de Magallanes, por ejemplo, se realizó una capacitación a 70 docentes del área de la salud en telemedicina y teleconsulta. En Inacap se acompañará la inclusión de los perfiles en sus mallas curriculares para la formación de capital humano avanzado en salud digital y tecnologías de información, mientras que en el CFT de Santo Tomás se apoyará el proceso para la definición de nuevas carreras en el campo.
“Una de las acciones que desarrollamos fue una comparación del mercado o un benchmark en el cual nos dimos cuenta cómo estos temas se han estado incluyendo en la formación de carreras técnicas de enfermería. Se hizo una revisión de las principales universidades del mundo, ratificamos que la salud digital ya era parte de las mallas curriculares y de qué manera. Es fundamental que todos los profesionales y técnicos que se vincularán al mundo de la salud se comiencen a relacionar con esta transformación desde el pregrado”, dijo Sandra Gutiérrez.
Para la especialista se trata de una evolución “altamente compleja”, pero “urgente”, que dispondrá de una mejor oferta a nivel nacional de programas de formación, teniendo además buenas perspectivas posteriores de desarrollo profesional una vez que estos estudiantes se inserten en el mercado
“Permitirá que cientos de nuevos estudiantes estén preparados para los desafíos del futuro, que ya estamos a comenzando a ver hoy. Es una tarea de envergadura, pero sin dudas de enorme impacto para los pacientes y muy importante para la sociedad en su conjunto”, sostuvo.
En paralelo, con la meta de entregar competencias a los equipos que actualmente se desempeñan en el sistema local, la entidad apoyada por ANID en colaboración con su equipo de académicos mantiene una oferta de cursos para entregar competencias en el uso, gestión e implementación de nuevas tecnologías, una de las vías por las cuales se intenta reducir el déficit crítico de especialistas para la transformación digital en la salud chilena
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