Euskadi impulsa una medicina de precisión que se apoye en las necesidades del paciente para que sean tratados en función de sus circunstancias individuales.
El paciente ha evolucionado y hoy toma el control de su propia enfermedad. Es activo e informado, participa más en la toma de decisiones respecto a su salud y se enfrenta a sus problemas. Consciente de este giro de guion, la jornada organizada el lunes por el Grupo Noticias decidió abordar en una mesa redonda, la temática de El paciente en el centro. Todo ello teniendo muy presente que en la actualidad la innovación y la tecnología han fijado un rumbo firme hacia la medicina personalizada.
En este sentido, Francisco Miguel Torres, profesor de Biofarmacia en la UIC y Principal en España de Owkin, una startup que utiliza inteligencia artificial para encontrar el tratamiento adecuado para cada enfermo, subrayó que el objetivo es poner al paciente en el centro, personalizando todo lo máximo posible. “Estamos en un momento trascendente en la historia de la biociencia. Tenemos la capacidad de generar grandes cantidades de datos, la capacidad de analizarlos y eso nos permite hacer con inteligencia artificial lo que antes hacíamos de forma analógica. Además aumentar la precisión en cada paciente, nos permite optimizar recursos y asegurar una mejor atención e ir hacia una medicina más personalizada”, incidió.
Una teoría que comparte plenamente Jon Mabe, director de Mercado de Tekniker. “La pregunta que yo me hago desde el punto de vista tecnológico es qué significa que el paciente esté en el centro, y yo creo que hay que traducirlo en ¿qué podemos hacer para empoderar al paciente y que sea una parte activa? Desde Tekniker ofrecemos soluciones que contribuyan al diagnóstico y al tratamiento a través de dispositivos”. “Nuestras lineas de trabajo van enfocadas a dar soluciones de ingeniería para que los pacientes sean diagnosticados antes y a qué podemos ofrecer. Y, por supuesto conseguir que sean más eficaces en su despliegue”, significó.
Pero todo ello, pensando siempre en la sostenibilidad de los sistemas de salud. “Porque técnicamente ofrecemos soluciones pero luego necesitamos sobrevivir y que lo compren, en definitiva que haya empresas que exploten esa tecnología. Hay desarrollos que ya han pasado la etapa del valle de la muerte, como la llamamos, y que ya se están comercializando, pero otros no consiguen pasar ese valle”, sostuvo Mabe.
La visión tecnológica también fue compartida por Ignacio Elías, vicepresidente del Colegio de Ópticos Optometristas. “Por supuesto que la innnovación se está trasladando a los pacientes de las ópticas”. En esta línea, habló de la importancia de los aparatos en estos establecimientos que se han revelado como indispensables, por ejemplo, en la prevención del glaucoma, con los cribados. “Hacía falta una tecnología aplicada directamente a ese screening. Y eso fue posible gracias a la toma de la tensión ocular”, afirmó.
Asimismo citó otras iniciativas preventivas que requieren de aparatos. “Hay un problema de baja visión porque nos encontramos con personas de 70 años que tienen que vivir con un 20 o un 30% de visión. Y se les da la ayuda óptica necesaria para que puedan funcionar”. En el caso de los niños, puso en valor que un buen pronóstico va a condicionar su rendimiento escolar.
Personas que cuidan de personas
En este punto, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui realizó una importante intervención, al asegurar que “tenemos que tomar ventajas de estas oportunidades fruto de la investigación a través de la tecnología”. No obstante, dejó claro que nunca se debe hacer a costa de los profesionales. “Las innovaciones son muy importantes, tecnológicas, farmacológicas pero nunca sustituyendo a personas que cuidan de personas. sino cuidando personas con las mejores aportaciones de las que podamos disponer”, remató.
También aludió a las competencias en investigación y docencia el doctor Iñaki Martín, con 34 años de médico en activo. Así, resaltó dos investigaciones que se llevan a cabo desde la Atención Primaria para proporcionar al paciente esa atención personalizada y empoderada. Puso como ejemplo la telemonitorización de pacientes complejos domiciliarios, siendo la propia enfermería y los facultativos implicados en la labor asistencial los que llevan a cabo esta tarea.
“Ahora tenemos una herramienta de valoración geriátrica para promover el envejecimiento activo. Pero yo, que estoy muy involucrado, veo que esta herramienta no se acaba de desplegar”, se quejó, siempre reivindicando que sean los médicos y enfermeras los agentes más activos en el manejo global del paciente.
Fuente: DEIA
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