La ansiedad y la depresión son dos de los trastornos más frecuentes en los adolescentes, pero hay otros que los padres deben conocer.
Cada vez somos más conscientes de que cuidar nuestra salud mental es tan importante como cuidar nuestra salud física. Según los datos de Unicef España, obtenidos en el Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia 2023-2024, el 41,1% de los adolescentes reconoce haber sufrido algún problema de salud mental y más de la mitad no pidieron ayuda porque no sabían cómo hacerlo. Por eso, es importante que los padres sean conscientes del estado mental de sus hijos para darles las herramientas para mejorar o llevarles a un especialista si fuera necesario.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha recopilado las claves para ayudar a los padres a proteger la salud mental en la adolescencia, una etapa, en muchas ocasiones, complicada para los jóvenes. Además, recuerdan que la mayor parte de los problemas relacionados con la salud mental se inician en esta etapa, como las adicciones, la ansiedad, la depresión o trastornos de la conducta alimentaria, entre otros.
1. Conocer cuáles son los cambios en esta etapa
"La mejor protección frente a esos problemas psicoemocionales viene de los hábitos de vida y de las habilidades y estrategias personales que les hayan inculcado, así como del entorno", explican en la OCU. Así, una de las primeras recomendaciones consiste en asumir el cambio y la pérdida. "Durante la adolescencia todo cambia y se producen grandes reestructuraciones responsables de sus cambios comportamentales y relacionales". Por eso, los padres tienen que informarse a través de fuentes oficiales sobre todos estos cambios que se producen durante la adolescencia para ser capaces de comprender a sus hijos o hijas y afrontar juntos este proceso.
2. Adoptar juntos hábitos saludables
Por otro lado, las personas adultas son el ejemplo durante la infancia y en la adolescencia, por lo que los padres deben procurar adoptar las mismas medidas o recomendaciones que trasladan a sus hijos o hijas. Así, es aconsejable inculcarles unos hábitos de vida saludables y equilibrados mediante la alimentación, la práctica de deporte o la higiene del sueño. "Cuanto antes se inculquen y compartan estos hábitos, más arraigados estarán, con lo que resultará más fácil mantenerlos".
3. Ofrecerles las herramientas necesarias
"Crecer también es aprender a gestionarse uno mismo, responsabilizarse. Y este es un aprendizaje constante, pero necesario", explican desde la organización. En este sentido, las personas adultas de su entorno pueden ayudarles a conocer cuáles son sus preferencias, sus comportamientos o sus impulsos.
Pero, ¿cómo pueden hacerlo? "Apoyándolos y acompañándolos en los retos, éxitos y fracasos. Dialogando y facilitando la búsqueda de su identidad". Así, deben ser capaces de mostrar a sus hijos o hijas su comportamiento, lo qué hacen y por qué lo hacen.
4. La clave es la comunicación
La comunicación activa, empática y asertiva es fundamental para establecer una relación entre padres e hijos. Así, hay que tratar de mantener un equilibrio entre el papel como progenitores u orientadores y su propio espacio. Por eso hay que saber identificar cómo quiere comunicarse, adaptarse y establecer espacios para tal fin. "Siempre sin imponer, sin juzgar, intentando comprender su postura, sin perder de vista la autoridad propia, pero mostrándonos en todo momento disponibles, abiertos y atentos", detallan.
5. Comprender las señales de alarma
Saber identificar los signos de alarma es esencial para detectar pronto un problema psicológico o emocional. Por tanto, hay que observar si se muestran más irascibles, aislados o si tienen episodios de hostilidad o rabia. "Vigila si se producen cambios de peso importantes, alteraciones en la alimentación o en el sueño" o si "rechaza realizar actividades que le resultaban placenteras".
6. Atender a posibles problemas en el instituto
Otras señales que podrían indicar que ocurre algo en su estado emocional son los problemas en el instituto o que deje de juntarse con sus amigos de siempre. En este sentido, "si las señales se mantienen, se agravan o hay problemas en distintas áreas a la vez, es el momento de consultar con un profesional de la salud".
7. Responsabilidad tecnológica
Asimismo, conviene establecer límites tecnológicos porque las redes sociales pueden suponer un riesgo para su salud mental. Por ello, hay que enseñarles a hacer un uso responsable de la tecnología para evitar que desarrollen conductas inapropiadas.
Problemas más frecuentes
La ansiedad y la depresión son dos de los trastornos mentales más frecuentes, pero la OMS explica otros que los padres deberían conocer.
- Trastornos de la conducta alimentaria: la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa suelen aparecer en la etapa de la adolescencia y la juventud. Este trastorno presenta comportamientos que afectan a la alimentación, como comportamientos anomarles en las comidas.
- Psicosis: puede aparecer a finales de la adolescencia o principios de la edad adulta. Suelen presentar síntomas como las alucinaciones o los delirios, algo que puede hacer que se altere la vida de las personas que lo sufren.
- Suicidios y autolesiones: según la OMS, el suicidio es la cuarta causa de muerte de los adolescentes entre 15 a 19 años. Esto puede deberse al abuso del alcohol, malos tratos en la infancia o estigmatización a la hora de buscar ayuda.
Fuente: 20 Minutos
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