jueves, 10 de octubre de 2024

Cómo la inteligencia artificial está avanzando sobre el mundo de la medicina

Lejos de ser ciencia ficción, la intervención de la IA en salud ya es un hecho, entonces ¿por qué no pensar en un tratamiento a partir de algoritmos?



El paciente abre la puerta, se sienta y explica sus dolencias. Hace días sufre una gripe que no le permite realizar sus tareas diarias en un pueblo alejado de las luces de las grandes ciudades. Frente a él, Imutes un software con inteligencia artificial (IA), que invoca al primer médico de la historia, procesa esa información, la analiza y define los pasos a seguir: tratamiento, medicamentos o la derivación a un profesional de la salud. La IA está preparada con algoritmos y millones de datos que definen su accionar. Palabras más, palabras menos, podría ser una escena de ciencia ficción, pero según el Pablo Granitto, director del Centro Internacional Franco-Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas (Cifasis), esta situación “llegará al mundo”.

“Si uno puede de acumular el conocimiento de los expertos y ponerlo en un sistema accesible a muchos, podés ayudar a hacer diagnósticos rápidos en lugares donde no tendría esas posibilidades”, explicó Granitto en diálogo con La Capital.

A pesar de lograr imaginar una situación similar o los cientos de relatos futuristas existentes, este tipo de herramientas aún no están disponibles, forman parte de lo que el especialista definió como el tercer nivel del avance de la IA en la medicina.

Para el director del instituto dependiente del Conicet y la UNR en la actualidad no se apuesta a reemplazar a los médicos sino a generar una herramienta: “Se puede pensar en un sistema que tome informes escritos, dé una idea de cuáles son las enfermedades o dolencias posibles y sus resoluciones”.

De todas formas, el doctor en Física planteó una resistencia: la desconfianza en la inteligencia artificial sobre una práctica milenaria. “Por eso estamos lejos de una realidad como esa”, reflexionó Granitto.


Los tres niveles

Para el experto existen tres niveles en los cuales la inteligencia artificial incide o podría hacerlo en la salud: mediciones, ayuda a los profesionales y un autómata “similar a un médico”.

El más básico es la medición de estudios u observaciones como herramienta de diagnóstico, por ejemplo, con una tomografía o resonancia. “Actualmente se miden parámetros ‘a ojo’ del médico, pero se están automatizando este tipo de tareas utilizando inteligencia artificial”, destacó el referente del Conicet-UNR. Los algoritmos utilizados en este tipo de tareas también se pueden encontrar en sistemas de reconocimiento de imágenes, entre otros casos.

“Antes se decía acá hay una zona sospechosa, ahora se detecta, mide su volumen, su densidad y demás detalles a partir de la IA”, explicó. Así el médico posee nuevos datos generados por equipos que ya existen, pero intervenidos con algoritmos. En este punto se encuentra el reciente avance de Google para detectar enfermedades respiratorias Health Acoustic Representations (HeAR), la cual Granitto definió como "una herramienta de diagnostico"

En el segundo estrato está la ayuda para diagnostica. “Es como escribir el informe de una radiografía”, sentenció el experto ya que es una labor “que se puede automatizar”.

Granitto imaginó un sistema que redacte un prediagnóstico y el especialista será el encargado de revisarlo, corregirlo y enviarlo. Esta tarea intermedia interpreta el estudio y lo asocia con la patología correspondiente. Siempre con los algoritmos, prefijados por los humanos, como base.

En el tercer nivel, aún futurista para Granitto, llevará a un software “lo más parecido a la tarea final de un médico”.

Esta etapa consiste en tomar todos los estudios médicos, realizar un diagnóstico y definir el tratamiento final. “No va a dejar de venir. Va a ayudar al médico y en algún punto tendremos la suficiente confianza para delegar directamente nuestra salud a estos sistemas”, aseguró el directo del Cifasis.


Resistencia a la inteligencia artificial

El avance de la Inteligencia Artificial es inexorable. Desde WhatsApp hasta las listas de reproducción en YouTube, pasando por la automatización de tareas como la conducción de un automóvil. Los algoritmos y su ordenamiento ganan lugar en la vida cotidiana

Ante este panorama el especialista invita a extenderle la mano al avance tecnológico: “Hay un montón de mejoras en la cotidianidad para aplicar y el acostumbramiento a vivir con las IA hace que pierdas el miedo”.

No obstante, presenta reparos sobre la posición de estos sistemas en el día a día: “Hay que tener cuidado en donde uno usa la IA”. No es lo mismo, advirtió el experto, utilizar la IA para elegir una canción en Spotify, temer que se equivoque y finalmente comprobar el yerro, a solicitar ayuda para conducir un auto, poniendo en riesgo la vida del o de los ocupantes.

"En el día a día, el mundo lo acepta y entiende los beneficios de automatizar tareas mínimas”, agregó Granitto. En una instancia más avanzada, la resistencia emerge. El claro ejemplo es la aparición, sin mucho éxito, de vehículos autónomos de la empresa Waymo, dentro de la esfera de Google. A pesar de tener más de una década en el mercado, especialista dejó en claro que su principal indicación sigue siendo controlar el accionar de la IA del rodado para evitar accidentes. En contrapunto, ChatGPT aumenta exponencialmente sus usuarios como herramienta de menor injerencia.



Fuente: La Capital

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