Un nuevo estudio que abarca 46 países de ingresos bajos y medios revela cómo estos programas protegen a las personas de los peores efectos de las crisis económicas, especialmente en los países más pobres.
Las crisis económicas aumentan la proporción de personas desnutridas en los países de ingresos bajos y medios, pero unos niveles de cobertura elevados en protección social pueden mitigar este efecto, especialmente en los países más pobres. Estas son las principales conclusiones de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa", que evaluó el efecto de los programas de protección social en las últimas dos décadas.
Las crisis económicas, como la causada por la pandemia de COVID-19, alteran los sistemas alimentarios y dificultan el acceso a los alimentos. La FAO estimó que 735,1 millones de personas en todo el mundo pasaron hambre en 2022, lo que supone un aumento de 146,2 millones en comparación con 2015, cuando se lanzaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para 2030.
Los programas de protección social, como las transferencias de efectivo y los planes de empleo, se consideran una de las intervenciones más efectivas para mejorar la nutrición en la población. “Hasta ahora, había poca evidencia sobre el efecto de estos programas en la prevalencia de la desnutrición durante las recesiones económicas,” dice Davide Rasella, investigador de ISGlobal. En términos simples, la prevalencia de desnutrición se refiere al porcentaje de personas en un país que no consume suficientes calorías para llevar una vida activa y saludable.
46 países, dos décadas
Rasella y su equipo evaluaron el impacto de los programas de protección social en la prevalencia de la desnutrición entre niños y adultos en 46 países de ingresos bajos y medios (PIBM) entre 2001 y 2019.
El equipo de investigación utilizó una serie de datos disponibles para cada país, incluyendo su PIB per cápita, la cobertura de políticas de protección social (incluidos programas de mercado laboral), la prevalencia de desnutrición, así como otras variables como desastres naturales, pobreza, producción de alimentos per cápita y crecimiento poblacional. Luego utilizaron uno de los modelos más sólidos para evaluar el impacto de una variable sobre otra.
Un escudo poderoso contra las crisis
Los hallazgos muestran que las recesiones económicas de las últimas dos décadas aumentaron significativamente la desnutrición en los PIBM. Sin embargo, aquellos países con mayor cobertura de protección social no solo redujeron la desnutrición, sino que también mitigaron el impacto de las crisis económicas. Cuanto más pobre es el país, mayor es el efecto protector de los programas de protección social.
Según el análisis, estos programas evitaron más de mil millones de casos de desnutrición en las últimas dos décadas.
“Nuestra investigación es la primera en estimar este impacto a nivel mundial,” dice Gonzalo Barreix, primer autor del estudio. “Subraya la necesidad de fortalecer y expandir las medidas de protección social, especialmente en las naciones más pobres del mundo”.
Ante la creciente inseguridad alimentaria, estos hallazgos ofrecen un mensaje claro: invertir en protección social puede proteger a millones de personas del hambre, incluso en tiempos económicos difíciles.
Fuente: ISGlobal
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios con contenido inapropiado no serán publicados. Si lo que Usted quiere es realizar una consulta, le pedimos por favor lo haga a través del link de Contacto que aparece en este blog. Muchas gracias